La economía es presa de las mentes de los votantes españoles, pero desaparece de la campaña

A pesar de una tasa de empleo relativamente cachas, la creciente inflación y el stop costo de vida significan que los españoles todavía votan con sus billeteras.

Carlos Dorado, apodado cariñosamente “El Rey de la Melón de agua”, se convirtió en un nombre muy conocido en España en 2020, cuando la inflación se disparó al 15% tras la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania.

Casi dos abriles a posteriori, su supermercado financiero, La Trastienda, sigue siendo un paraíso para los españoles que buscan alimentos asequibles.

Dorado explica la situación sin rodeos: “La parentela no apetencia lo suficiente, por eso tenemos que seguir bajando los precios cada vez más”.

Si perfectamente España cuenta con una de las economías de más rápido crecimiento en Europa, muchos de sus ciudadanos todavía luchan contra el stop costo de vida. Como dice un comprador a Euronews: “Teniendo en cuenta cómo están las cosas ahora, no es suficiente. Quieres encontrar un domicilio de inquilinato y no te lo puedes permitir”.

“Cuando ves que un litro de óleo en el supermercado cuesta 10€, piensas que nos hemos enojado todos”, dice otro cliente.

Más empleos, precios altos

Estadísticas recientes muestran que España se enfrenta a su tasa de desempleo más desprecio en 16 abriles, con más de 21 millones de personas empleadas actualmente.

Sin incautación, según una investigación del Centro Doméstico de Estudios Sociológicos, aunque la mayoría de los españoles dice que la situación económica universal es positiva, la patrimonio sigue siendo su principal preocupación.

Esta desconexión entre el progreso financiero universal de España y las circunstancias económicas individuales negativas puede comprender por una incertidumbre geopolítica más amplia, según Jorge Galindo, subdirector del Centro de Política Económica de ESADE Business School.

“Hemos pasado por una pandemia, una ruptura de la dependencia de suministro. Hemos experimentado una extirpación en suelo europeo, en la que todavía estamos, y ahora tenemos elecciones europeas que son más decisivas que nunca, diría yo. Y creo Esto es obvio para todos”, explica Galindo.

A pesar de las positivas cifras de empleo, la inflación sigue ensombreciendo las perspectivas económicas de muchos españoles. En mayo de 2024, la tasa de inflación de España se sitúa en torno al 3,6%, una disminución con respecto a los máximos anteriores, pero aún lo suficientemente reincorporación como para sentirse en la vida cotidiana.

“En España, hasta el año pasado, hubo una moderación salarial considerable encaminada precisamente a amparar los salarios en niveles moderados para que la inflación no subiera más”, añade Galindo. “Y mientras la inflación se modera, hay una percepción de pérdida de poder adquisitivo”.

Sin incautación, a pesar de ser la principal preocupación de los votantes españoles, la patrimonio está notoriamente lejano de la campaña para el Parlamento Europeo.

Los partidos españoles han dirigido en gran medida su retórica en torno a otras cuestiones como la concesión de remisión a líderes catalanes como el autoexiliado Carles Puigdemont, o las acusaciones de corrupción contra la esposa del primer ministro Pedro Sánchez, Begoña Gómez.

“Creo que en las conversaciones entre familias, en los bares, la patrimonio ha estado presente”, dice Galindo a Euronews. “Así que la clase política en su conjunto debería considerar si incluirlo más en las conversaciones y qué proponer”.

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