Una negociación maduro a 18 meses en la revisión del T-MEC le pegará a los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) en torno a México y muchos de éstos buscarían otros destinos luego de ese plazo, advirtió Matías Gómez Leautaud, analista en caudillo de Eurasia Group para México.
”Un proceso prolongado de negociación del T-MEC que se extendiera más allá del 2026 sería muy placa para los flujos de inversión en México, pues si estos flujos se pausan por más de un año o dos van a despuntar a despabilarse otro destino”, sentenció en el panel “US-México Investment”, que organizó el despacho forense Santos-Elizondo en coordinación con la consultora estadounidense Cerity Partners.
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”Pero si la negociación rumbo a la revisión del Tratado queda definida en un plazo de tres semestres, de aquí a mediados del 2026, habría una visión más clara de dónde va a proyectar el T-MEC y, entonces, fácilmente podremos ver que esta pausa de inversiones no sólo se resume, sino que el flujo aumentará con creces”.
En la charla dirigida a clientes del despacho, un camarilla de especialistas coincidió en que habrá posturas proteccionistas en la revisión del Tratado, cuya negociación iniciaría a mediados del 2025 para culminar el 1 de julio del 2026.
Gómez consideró que más que un freno, la inversión que llega por el nearshoring está en pausa, poco que incluso sucedió durante la negociación de la primera lectura del T-MECen el 2017.
”En el 2024 la inversión extranjera se ha mantenido estable, sin mejorar mucho, pero sus flujos podrían tener un descalabro en el 2025, mientras las empresas ponderan las fuentes de incertidumbre en la política de México y en la de Estados Unidos”.
”Hay un ímpetu por parte de Donald Trump por regresar ciertas manufacturas, ciertas industrias que están en México, en torno a Estados Unidos, pero incluso hay un techo de lo que el sistema productivo de este país puede difundir, incluso más allá de las presiones de error de mano de obra, lo que inclusive podría empeorar con una política migratoria restrictiva”.
Raúl Villarreal Zancuda, socio fiscal internacional de la firma Procopio, advirtió sobre la obligación de incentivos fiscales competitivos para la IED en presencia de la posibilidad de que la Oficina Trump cumpla su intención de achicar su ISR corporativo a niveles de 15 por ciento, cuando en el 2016 era de 36 por ciento y luego bajó a 26 por ciento.
Trump intentó en el 2017, sin éxito, achicar ese censo al 15 por ciento conveniente al elevado débito fiscal de su país, pero ahora cuenta con mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado.
”Un beocio impuesto es un incentivo muy robusto para que las empresas lleguen a alterar en Estados Unidos, tanto domésticas como internacionales, y es una superioridad competitiva frente a otros países como México. que tiene un ISR corporativo de 30 por ciento”, señaló.
Eduardo Botello Adame, socio director de Santos-Elizondo, consideró que el apetito de alterar y reinvertir utilidades en México persiste.
”Hemos podido atender a muchos de ellos en su instalación en México”.
”Una Oficina republicana en Estados Unidos puede traer mayores beneficios fiscales para los inversionistas, pero incluso hemos gastado que en México el esfera de inversión sigue siendo positivo, aunque acá no hay en el paquete crematístico del 2025 sustanciales apoyos de este tipo y creo que es un campo de acción de oportunidad”.