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El cambio climático no es simplemente un problema ambiental: es una cuestión de razón social. Nuestra transición cerca de un futuro sostenible sólo podrá tener éxito si brinda a la gentío esperanza para el futuro y no deja a nadie a espaldas, escriben los eurodiputados Iratxe García Pérez y Mohammed Chahim.
En medio del implacable ataque de fenómenos meteorológicos extremos, ya no es suficiente (aunque crucial) mitigar el cambio climático.
Asimismo debemos cultivarse a radicar con las consecuencias, que están ocurriendo aquí y ahora y que afectan más duramente a los ciudadanos y regiones europeos más vulnerables.
Hallazgos recientes de la Agencia Europea de Medio Entorno revelan que Europa es el continente que se calienta más rápido del planeta.
Los peligros climáticos están afectando todo, desde la energía y la seguridad alimentaria hasta los ecosistemas, la infraestructura y la vigor pública.
Sólo en la Unión Europea, las inundaciones, los incendios forestales devastadores, las olas de calor abrasadoras y las sequías prolongadas ya han causado pérdidas económicas asombrosas que superan los 650 mil millones de euros desde 1980, cobrándose 195.000 vidas.
Según la misma agencia, se necesitan más o menos de 520.000 millones de euros al año para alcanzar el objetivo de neutralidad climática para 2050 y aplicar el Pacto Verde.
Los superricos están al mando
El cambio climático exacerba las desigualdades existentes, ya que su carga perjudica desproporcionadamente a las comunidades y regiones marginadas, haciéndolas más susceptibles a los impactos de los desastres relacionados con el clima, la inseguridad alimentaria y la inestabilidad económica.
Los países europeos de menores ingresos son los más afectados, con mayores tasas de mortalidad y mayores costos económicos en su PIB. Y el sombrío pronóstico indica que estos desastres e injusticias sociales sólo se intensificarán.
Al mismo tiempo, los superricos están impulsando el cambio climático. El 10% más rico de la población mundial es responsable de más o menos del 50% de todas las emisiones. Por lo tanto, acortar la desigualdad es esencial para acometer la crisis climática.
Nuestro continente se encuentra mal preparado para carear estas crecientes amenazas. Por eso, inmediato con esfuerzos ambiciosos de mitigación del cambio climático, debemos promulgar políticas de aclimatación para proteger a todos los europeos de las costosas consecuencias.
Los menos responsables de las emisiones de gases de propósito invernadero no deberían soportar las mayores cargas de la transición para desistir los combustibles fósiles. Necesitamos protección socioecológica.
Un aspecto central de esta visión es nuestro llamado a desarrollar una ley integral de aclimatación de la UE, que sea cohesiva, progresista y jurídicamente vinculante.
Si correctamente la flagrante táctica de aclimatación de la UE marca un punto de partida crucial, carece de la precisión y la aplicabilidad necesarias para suscitar resultados tangibles.
Nuestra propuesta de ley de aclimatación debe establecer objetivos claros y mensurables y adoptar un enfoque holístico que aborde de frente las injusticias sociales, económicas y ambientales subyacentes.
Se comercio de acreditar una parte certamen
La ley de aclimatación de la UE tendrá que centrarse en cambiar en soluciones naturales, la forma más trueque de guerrear contra el calentamiento entero y al mismo tiempo minimizar sus impactos en las ciudades y las zonas rurales.
Plantar árboles en las ciudades reducirá las islas de calor y permitirá a los ciudadanos retornar a respirar, e cambiar en protección del suelo, el agua y la biodiversidad ayudará a los agricultores a hacer frente a los pertenencias nocivos del cambio climático.
Al igual que el Fondo de Pérdidas y Daños a nivel entero, la ley debe priorizar las regiones de Europa más desfavorecidas económicamente y vulnerables al clima. Estas regiones son las más afectadas y no están preparadas para soportar los costos por sí solas.
Otro aspecto esencial es disponer de financiación suficiente para la aclimatación. Las personas que no tienen seguro o no están correctamente asegurados están perdiendo sus hogares oportuno a inundaciones o incendios forestales y necesitan protección.
Por lo tanto, abogamos por el establecimiento de un Fondo Europeo de Seguros para el Clima, financiado por mercados y compañías de seguros, para aumentar la resiliencia de los ciudadanos y empresas europeos frente a los impactos relacionados con el clima.
Debemos intensificar la evaluación del aventura climático en el mercado financiero y respaldar que los actores financieros asuman la responsabilidad de las personas y el planeta. Asimismo necesitaremos redirigir fondos suficientes del presupuesto de la UE y del Lado Europeo de Inversiones cerca de la financiación de políticas de aclimatación justas más allá de la mitigación del cambio climático.
La política fiscal desempeña un papel importante en la mitigación del cambio climático y la aclimatación de las políticas tanto de ingresos como de gastos. Las grandes corporaciones, los grandes contaminadores y los ultraricos deben acreditar su parte certamen. Abogamos por una útil de inversión permanente a nivel de la UE para garantizar nuestras prioridades sociales y climáticas.
Nuestro futuro tiene que estar arraigado en la razón social
Este sólido situación de aclimatación y financiación deberían dirigirse a quienes se ven más afectados por el cambio climático.
Los trabajadores al gracia libertado, por ejemplo, que se enfrentan a condiciones climáticas peligrosas, como olas de calor, no deberían valer ningún aventura financiero y deberían poder participar en las decisiones relativas a las políticas de aclimatación en el ocasión de trabajo. Según la Ordenamiento Internacional del Trabajo, la UE ha experimentado un aumento del 42% en las muertes en el ocasión de trabajo relacionadas con el calor desde 2000.
El situación además debería apuntar a los trabajadores empleados en aquellos sectores que están abandonando los combustibles fósiles, como el sector del automóvil o la energía. Las políticas protectoras del mercado profesional, inmediato con iniciativas de reciclaje profesional para evitar la pérdida de empleos, son secreto para no dejar a nadie a espaldas.
El cambio climático no es simplemente un problema ambiental: es una cuestión de razón social. Cualquier pretensión de servir al pueblo suena hueca si ignora esta crisis existencial.
Por otro costado, nuestra transición cerca de un futuro sostenible sólo puede tener éxito si se base en la razón social, brinda a las personas esperanza para el futuro y no deja a nadie a espaldas: un Pacto Verde con un Corazón Rojo.
La eurodiputada Iratxe García Pérez es la presidenta del Categoría S&D, y el eurodiputado Mohammed Chahim es el vicepresidente del Categoría S&D para el Pacto Verde.
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