Las divisiones que datan de décadas detrás sobre cómo y si los Países Bajos deberían acoger a los recién llegados se han pasado avivadas por un auge de la extrema derecha.
Mientras el rey holandés Guillermo Alejandro se prepara para exponer los planes de su nuevo gobierno para el próximo año, los miembros de la coalición liderada por un partido de extrema derecha están discutiendo sobre sus planes para restringir la migración.
La ocasión del discurso del rey será incluso la primera prueba importante de un nuevo gobierno tecnocrático formado por los partidos de derecha que triunfaron en las elecciones del año pasado.
El lunes, un miembro de suspensión rango de un partido de la coalición dijo que se opondría a los planes del gobierno de controlar la inmigración si un panel asesor político secreto los rechaza.
Los comentarios del lunes de Nicolien van Vroonhoven, del partido Nuevo Acuerdo Social, provocaron reacciones airadas del Partido por la Familiaridad, populista y antiinmigración de Geert Wilders (que encabezó las encuestas en las elecciones nacionales del año pasado) y del conservador Partido Popular por la Familiaridad y la Democracia.
La disputa pone de relieve la fragilidad de la coalición, que sólo se formó tras meses de negociaciones.
El primer ministro Dick Schoof fue finalmente electo para encabezar un aposento formado por políticos y funcionarios públicos porque los líderes no querían a Wilders como primer ministro.
Una casa dividida
Mientras el gobierno rebusca un consenso sobre un acuerdo para ceñir drásticamente la inmigración, la ciudad de Ter Apel, en el boreal de los Países Bajos, abrió durante la indeterminación un pabellón deportivo para encajar a solicitantes de orfanato que, de otro modo, se habrían pasado obligados a echarse al distinción disponible oportuno a la desliz de espacio en un centro de recibimiento.
El corregidor lugar acusó a Margriet Faber, la ministra responsable de solicitantes de orfanato y migrantes, de permitir que se intensificara la crisis de alojamiento.
“La ministra está eludiendo su responsabilidad”, dijo el corregidor Jaap Velema en un comunicado el lunes. “Ella es responsable de las personas que llegan a Holanda en rebusca de orfanato. Ha tenido tiempo y oportunidades suficientes para acoger a las personas de una forma prudente”.
“Ella conscientemente no hace esto.”
El gobierno holandés está planeando decidir una “crisis de orfanato” para allanar el camino a medidas más duras, incluyendo restringir las visas para los familiares de las personas a las que se les ha concedido orfanato y hacer más hacedero y rápida la deportación de los inmigrantes que no son elegibles para el orfanato.
El gobierno incluso tiene previsto solicitar la exención de las normas migratorias de la UE y aumentar los controles fronterizos, siguiendo un enfoque similar al de su vecina Alemania. No está claro cuántos de los planes del gobierno holandés se podrán implementar.