Los candidatos a la vicepresidencia, el senador JD Vance (R-Ohio) y el administrador de Minnesota, Tim Walz, entraron al debate del martes sabiendo que su contienda, tradicionalmente una ocurrencia tardía en la política presidencial, iba a enterarse la atención de la nación de una forma inusual.
En espacio de centrarse explícitamente el uno en el otro, los dos candidatos dirigieron la mayoría de sus críticas al compañero de fórmula del otro. Walz advirtió sobre las políticas del candidato republicano Donald Trump sobre el monstruo, la finanzas y la inmigración. Al mismo tiempo, Vance recordó repetidamente a la audiencia que Kamala Harris es la flagrante vicepresidenta y es al menos parcialmente responsable de los fracasos políticos de la despacho Biden.
Los principales medios de comunicación realizaron encuestas posteriores al debate para entender cómo los votantes veían las actuaciones del debate.
Entre estas cuatro principales encuestas anticipadas, en las que se encuestó a 3.530 votantes probables, un promedio del 48 por ciento favoreció el desempeño de Vance frente al 46 por ciento que favoreció a Walz.
Como era de esperar, figuras políticas nacionales de uno y otro lados acudieron a los medios de comunicación para conseguir apoyo para los candidatos de sus respectivos partidos.
“Esta fue una función abrumadora y dominante de JD Vance”, dijo la representante Elise Stefanik (republicana por Nueva York), en la sala de spinning.
Cuando se le preguntó luego del debate qué candidato salió arrollador, el senador Ben Ray Luján (demócrata por Nuevo México) dijo que el vencedor fue “el administrador Tim Walz, que se mantuvo firme y defendió nuestra democracia”.
Faltan menos de cinco semanas para el día de las elecciones del 5 de noviembre y la votación anticipada ya ha comenzado en algunos estados.
No hay más debates presidenciales programados para este ciclo electoral.
La Associated Press contribuyó a este noticia.