OPA Talgo: Bruselas no pone objeciones al veto español a la oferta húngara

Bruselas no ha puesto objeciones al veto gachupin a una propuesta húngara que habría adquirido la totalidad de Talgo, el fabricante de trenes franquista.

La audacia del Gobierno gachupin de oponerse la OPA húngara de Talgo, fabricante franquista de trenes de reincorporación velocidad, ha recibido el respaldo implícito de la Comisión Europea, que ha actuado con cautela mientras la comunicación, cargada de dimensión geopolítica, sigue acaparando titulares.

“La prerrogativa de tales decisiones corresponde a los Estados miembros”, dijo el jueves por la tarde un portavoz de la Comisión, preguntado sobre la transacción fallida.

“De conformidad con los tratados de la UE, los Estados miembros pueden restringir las libertades del mercado único, como la facilidad de establecimiento y la facilidad de movimiento de capitales, por motivos de seguridad pública”, añadió el portavoz. “Estas medidas deben estar justificadas y ser proporcionadas al objetivo perseguido”.

La Comisión señaló que cualquier disputa entre las partes se resolvería en última instancia en Luxemburgo, por el Tribunal de Honestidad Europeo, y no por el ejecutante en Bruselas.

Los comentarios se producen varios días a posteriori de que Madrid anunciara que bloquearía la adquisición del 100% de Talgo por parte del consorcio húngaro Ganz MagVag Europe. La operación fallida ascendía a 619 millones de euros.

El gobierno gachupin dicho El martes, la propuesta habría supuesto “riesgos insalvables para la seguridad franquista y el orden divulgado”, sin ofrecer más detalles. La nota de prensa describió a Talgo como una “empresa estratégica en un sector secreto para la seguridad económica, la cohesión territorial y el explicación industrial de España”.

El País, a leading newspaper, later reportado que los servicios de inteligencia españoles habían esmerado un mensaje que alertaba sobre los vínculos del consorcio con el Gobierno del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y con Transmashholding, el anciano fabricante ruso de trenes y equipos ferroviarios.

El mensaje señaló que el 45% del consorcio pertenece a Corvinus International Investment, un fondo de inversión estatal, mientras que el 55% restante proviene de Magyar Vagon, una empresa que mantiene “conexiones informales” con Transmashholding.

Andras Tambor, un stop ejecutante del consorcio, Se dice que tiene una estrecha relación con Orbán, poco no poco global en Hungría, donde el gobierno de extrema derecha ha ampliado significativamente su influencia sobre el sector privado.

Asimismo ha cobrado relevancia la posibilidad de que Rusia se apodere de la tecnología propia de Talgo que permite a las locomotoras cambiar el ufano de vía.

Dimensión geopolítica

En respuesta al veto, Ganz MagVag dijo que emprendería acciones legales y llevaría el tema a Bruselas, llevando la disputa sinalagmático al tablas europeo.

Pero la Comisión Europea dijo que no había sido contactada por ninguna de las partes, ni antaño ni a posteriori de que se anunciara el veto.

“La Comisión no necesita aprobar ex-ante La audacia de España de oponerse esta adquisición”, dijo el portavoz.

La medida de Madrid es, sin secuestro, magnífico: las transacciones comerciales entre los Estados miembros de la UE son un engendro corriente y casi nunca son fuente de controversias gracias a la confianza que los gobiernos tienen entre sí.

En los últimos primaveras, el pedrusco se ha armado con nuevas herramientas legales para aumentar el control de las inversiones extranjeras, pero esto solo se aplica a las empresas no pertenecientes a la UE, en particular de China, que han montado adquisiciones de empresas nacionales en campos críticos.

El veto hace temer que se reduzca la confianza en el mercado único como resultado de la insistencia de Hungría en desarrollar vínculos con Rusia desafiando abiertamente las sanciones occidentales. La autodenominada “cometido de paz” de Orbán, que a principios de julio lo llevó a Moscú para reunirse con Vladimir Putin, motivado una protesta furiosa y un amenaza a la presidencia semestral de Hungría del Consejo de la UE, que durará hasta el 31 de diciembre.

La comunicación coincide con una Disputa creciente Bruselas advierte de la audacia de Budapest de relajar los requisitos de visado para los trabajadores invitados rusos y bielorrusos Los cambios podría permitir “a potenciales espías y saboteadores rusos un obvio golpe a la UE”, poniendo en peligro la seguridad del espacio Schengen sin pasaporte.

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