Dos senadores piden a la despacho Biden que aclare las condiciones bajo las cuales se puede invocar la Ley de Insurrección.
Dos senadores demócratas están instando a la despacho Biden a intentar lindar la capacidad del presidente electo Donald Trump para desplegar fuerzas militares internamente de Estados Unidos posteriormente de que asuma el cargo.
Los senadores pidieron específicamente a Biden que aclarara las condiciones bajo las cuales se puede invocar la Ley de Insurrección, una ley federal de 1807 que autoriza al presidente a utilizar la fuerza marcial a nivel doméstico. Enfatizaron que debería reservarse para circunstancias extremas en las que las autoridades estatales y locales se vean abrumadas por una insurrección, sublevación o disturbios civiles y soliciten presencia federal.
La carta todavía pedía la aplicación de las Reglas Permanentes para el Uso de la Fuerza, que exigen que cualquier uso de la fuerza marcial sea arreglado en su intensidad, duración y magnitud.
Finalmente, Warren y Blumenthal pidieron a la Casa Blanca que dejara claro que las futuras administraciones acudirían al Congreso antaño de utilizar el ejército en suelo estadounidense.
“Le instamos a aclarar que el presidente debe consultar con el Congreso en la longevo medida posible antaño de cultivar esta autoridad, así como transmitir al Registro Federal las autoridades legales”, escribieron los demócratas.
Si la despacho Biden emitiera tal directiva, no sería vinculante para la despacho entrante de Trump. Una vez que tome posesión el 20 de enero, Trump podría emitir su propia directiva política anulando la emitida por Biden.
Trump ha indicado que utilizaría al ejército para ayudar a deportar a inmigrantes ilegales, invocando potencialmente la Ley de Insurrección para obtener este objetivo. La ley se ha utilizado con moderación en la historia de la nación, la más fresco en 1992, cuando el presidente George HW Bush llamó a 4.000 soldados y marines para ayudar a restablecer el orden durante los disturbios de Los Ángeles.
En noviembre, Trump respondió con “¡¡¡Cierto!!!” a una publicación en las redes sociales que dice que su segunda despacho se está preparando para “fallar una emergencia doméstico y utilizará activos militares” para admitir a lugar un “software de deportación masiva”. Aún no está claro si tiene la intención de que el ejército haga cumplir directamente las leyes de inmigración, asigne fondos militares para las deportaciones o busque otras opciones.
Trump todavía ha indicado que invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 como parte de su logística de inmigración, específicamente para “apuntar y desmantelar” redes criminales transfronterizas. Esa ley de la era fundacional permite específicamente al presidente detener, reubicar o deportar a personas de países con los que Estados Unidos está en disputa, que han invadido Estados Unidos o que han cometido “incursiones depredadoras”.
La Ley de Enemigos Extranjeros ha sido invocada tres veces, todas durante conflictos importantes: la Disputa de 1812, la Primera Disputa Mundial y la Segunda Disputa Mundial. Su uso más fresco fue en 1942, cuando el presidente Franklin D. Roosevelt ordenó al ejército reubicar a ciudadanos japoneses y estadounidenses de ascendencia japonesa de las regiones costeras del Pacífico posteriormente del ataque a Pearl Harbor.