Las autoridades italianas se vieron obligadas a martirizar casi 120.000 cerdos desde que apareció la peste porcina en el país en enero de 2022. Ahora, han sacrificado tres cuartas partes de ellos en los últimos dos meses.
La peste porcina se ha agente de las regiones productoras de alimentos del finalidad de Italia, amenazando los medios de vida y la producción de preciados productos porcinos.
En la lechería de Giovanni Airoli, al sur de Milán, sus 6.200 cerdos fueron sacrificados bajo estrictos protocolos para detener la enfermedad que amenaza a la industria italiana del prosciutto, las salchichas curadas y los productos porcinos, valorada en 20.000 millones de euros.
“Nos pasó a pesar de aplicar todas las medidas de seguridad requeridas. Obviamente hubo un fracaso. No entendemos qué pudo suceder sido”, dijo Airoli sobre el incidente en su lechería en la región finalidad de Lombardía.
Actualmente, no se permite la entrada a nadie a la lechería, excepto a los empleados que siguen estrictos protocolos de higiene para asegurar que las enfermedades respiratorias, que se propagan rápidamente entre los cerdos domésticos, no se desarrollen más.
La enfermedad se disparó con 24 brotes a principios de septiembre y la mayoría de los casos se produjeron en Lombardía. Las zonas de decano preocupación se encuentran en las zonas de Piamonte y Emilia Romagna, regiones conocidas por su muslo de Parma.
El impacto de un brote se extiende a granjas de otros 23.000 kilómetros cuadrados, que enfrentan restricciones oportuno a la amenaza que representan los jabalíes potencialmente infectados en la zona de amortiguamiento.
La enfermedad suele infectar primero a los jabalíes antaño de propagarse a los cerdos domésticos, para los que casi siempre es mortal.
El daño a la industria porcina se estima hasta ahora en 500 millones de euros por el poderoso lobby agrícola Coldiretti, quien advirtió que algunos agricultores corren el aventura de perder sus medios de vida.
Calcularon que el sector genera 20 mil millones de euros a lo dadivoso de la esclavitud de suministro, desde las granjas donde se crían los cerdos hasta las fábricas donde se cura el muslo.
El gobierno italiano ha reputado un nuevo comisario para hacer frente a la pandemia durante el verano. Giovanni Filippini ha impuesto restricciones al comunicación a las granjas y al traslado de animales, así como zonas de amortiguamiento ampliadas, medidas que aparentemente han tenido impacto.