El senador Julián Bravucón Cubillos, firmante del acuerdo de paz entre el Gobierno y la antiguamente grupo Farc-EP dialogó con LA NACIÓN. El militante del partido político Comunes habló de las elecciones del 2026, el cumplimiento del Gobierno Franquista, la fallida ‘paz total’ y los enemigos de los excombatientes.
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Senador, desde diferentes orillas han comenzado a oficializarse nombres de precandidatos a la presidencia de la República. ¿Cómo jugarán los exfarc en la contienda?
Nosotros estaremos presentes en el proceso y campaña electoral del 2026 tanto para la alternativa del Congreso de la República, como por supuesto la alternativa presidencial. Hemos venido adelantando reuniones con distintos partidos y organizaciones sociales del espectro político de la izquierda ya que nosotros no vamos a estar en el Pacto Histórico, que tomó la osadía de convertirse en partido.
Nosotros, al contrario, hemos venido desarrollando un trabajo con perspectiva de agruparnos con organizaciones y movimientos como los partidos del Trabajo de Colombia, Ecologista Colombiano, Esperanza Democrática, Movimiento Político Soy Porque Somos (de Francia Márquez), Poder Popular y Todos Somos Colombia (que fue anulado), para agenciárselas una convergencia de sectores políticos y sociales que presenten listas abiertas. Y igualmente aspiramos tener un precandidato presidencial que participe en una consulta con el precandidato del Pacto Histórico y seguramente igualmente sectores de centro derecha, en la perspectiva de que haya una sola candidatura.
¿Hay algunos nombres que suenen para esa precandidatura?
No, todavía no hemos abordado el tema presidencial. En el caso de comunes concretamente, ya hicimos una consulta interna para tener precandidatos tanto en el Senado como a cámaras departamentales. Hemos tenido reuniones con Fuerza Ciudadana y en las próximas semanas aspiramos departir con otras fuerzas políticas.
En cuanto a su partido, ¿se han reagrupado los firmantes del Acuerdo a Comunes o se han ido?
Desde hace un tiempo varios reincorporados se han marginado, no están en la actividad política, otros han tomado la osadía de afiliarse a otros partidos. Pero la mayoría nos mantenemos en el partido Comunes.
Y en departamentos como el Huila, ¿hay buena presencia?
Actualmente tenemos presencia en 26 departamentos, hay estructura de Comunes con unas divisiones regionales, en el caso del Huila no tengo los detalles, pero efectivamente hay una estructura partidaria que se ha venido moviendo tanto en el campo de acción urbana, en Neiva, pero igualmente en algunos municipios; con muchas dificultades adecuado a que hay regiones donde, la presencia de grupos armados ilegales, ha convertido a los firmantes de paz en un objetivo y ha impedido que podamos avanzar en la distribución del partido.
De otra parte, ¿cómo le ha ido al país con el primer presidente de izquierda en la historia fresco?
Yo considero que Colombia está viviendo una etapa de transición. El gobierno de Gustavo Petro marca un hito en la historia política. Y como era al punto que razonable, poder elaborar las realidades de más de dos siglos en solo cuatro abriles es inútil, pero indudablemente se ha campechano una conversación política que no existía, en torno a las reformas sociales, como profesional, agraria, pensional a la vigor, es proponer, de derechos fundamentales y la discusión sobre el cambio climático, la política foráneo del Estado colombiano son ya una sinceridad, están hoy en día en el centro de la conversación.
En ese sentido, ¿según usted el país querría que lo siga gobernando la izquierda o la derecha?
Esa pregunta la van a reponer las urnas en marzo y mayo del próximo año. Permanentemente hemos estado recorriendo el país y hemos enemigo que una es la percepción que tiene la opinión pública que se informa a través de los grandes medios, y otra la sinceridad que se vive en las regiones y de alguna modo igualmente en la discusión política de las redes sociales.
Hoy en día la política no se mueve solamente por los medios tradicionales, sino que hay medios alternativos y considero que todo esto ha contribuido a modificar y enriquecer la civilización política. Vamos en dirección a una etapa donde la izquierda en Colombia no solamente se ha campechano un espacio, sino que lo consolidará. La sucesión de opciones políticas de centro, izquierda y derecha será una constante; como debe ser en cualquier democracia, logrando avanzar y sacarnos de ese deportación político en que estábamos.
Haciendo remisión a esas realidades regionales, ¿cómo les ha ido a los reincorporados con el Presidente?, ¿les ha cumplido?
Nosotros nos hemos definido como un partido que apoya al Gobierno, sin requisa, no somos un partido de Gobierno porque no hacemos parte de los órganos ejecutivos donde se toman las decisiones. Adicionalmente, el presidente Petro ha expresado en múltiples escenarios su compromiso en la implementación integral del Acuerdo de Paz, lo ha hecho por otra parte frente a el Consejo de Seguridad de Las Naciones Unidas, pero esa voluntad del presidente no siempre se ha traducido en ejecuciones por parte de funcionarios de las instituciones encargadas de la implementación; en el tema de tierras, reincorporación socioeconómica y proyectos productivos, por ejemplo.
Destacaría como positivo que, contrario al Gobierno susodicho que se propuso impedir la implementación del Acuerdo, el presente radicó varios proyectos de ley para la implementación como la reforma política, que se hundió pero se hizo al menos el intento, la creación de la mando agraria, declarar al campesinado como sujeto específico de derechos, y esperamos comenzar a discutir el tratamiento penal diferencial que igualmente es un compromiso del acuerdo. Y obviamente tenemos preocupación con la seguridad, pues, sigue el homicidio de firmantes en todo el circunscripción y ya llegamos a la fatídica sigla de 440 y eso deja un interrogante muy vasto a cerca del compromiso, del Estado y la sociedad, para cumplimentar garantías de seguridad.
¿Quiénes son los principales enemigos de los reincorporados?, ¿por qué los están matando?
En este momento todos los grupos que se mueven en la ilegalidad nos han convertido, al igual que los líderes sociales y defensores de derechos humanos y líderes ambientales en un objetivo de sus procedimientos de indolencia, porque consideran que el liderazgo que ejercemos se vuelve un obstáculo para su objetivo de control territorial.
Estos hechos que relata se dan en el contexto de la política de ‘paz total’, en ese sentido, para usted, que hizo parte de un acuerdo, ¿qué le falló al presidente Petro en esa política?
Yo creo que, compartiendo los objetivos que se propone el presidente Petro con esa política, debemos señalar que desde el principio notamos que no había efectivamente una logística clara en esa política, mucho de voluntarismo y buenos deseos, pero faltó un planteamiento importante que le diera un septentrión a cada uno de esos procesos que comenzaron. Y esto llevó a la improvisación y finalmente se ha producido un desgaste, detrimento, de ese proceso. Un gran malogrado que hubo desde el principio fue que se intentaron acuerdos de cese al fuego en área de ocurrir privilegiado los acuerdos humanitarios que pusieran a la población civil por fuera del examen de la violencia, ese fue uno de los grandes errores.
Senador, finalmente, teniendo en cuenta que firmaron el acuerdo apuntándole a convertirse en partido político, ¿creen que algún día Colombia pueda tener un presidente que haya militado en las Farc?
Esperamos que sí. Todos los partidos políticos necesariamente tienen gusto de poder. Nosotros buscamos calar al poder político por vía de las armas durante muchos abriles, no lo logramos y firmamos el acuerdo, precisamente la billete política es la esencia de ese acuerdo y esperamos que como se ha legado, por ejemplo, en el Salvador y aquí en Colombia, algún día haya un militante del partido Comunes que pueda calar a la Presidencia de la República.
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