Freddy Montigny y Jude Fabris se elevan desde una montaña sobre una ruedo, vestidos como Aladino y su novia. Crédito de la foto: @alladin_skylab y @jude_fab, Instagram
Un entusiasta de los deportes extremos acaba de ganar lo increíble: desaparecer en una ruedo mágica.
Un vídeo fototipia por un dron muestra a Freddy Montigny, de 44 primaveras, saltando al ambiente desde la cima de una montaña increíblemente ingreso, antaño de despuntar por el Paraíso como por arte de hechicería.
El espectáculo se llevó a agarradera en la hermosa cordillera del lleno de Vercors, en Francia, y Freddy eligió la Croix de Têtes, a 2.400 metros de categoría, como plataforma de impulso. El francés, que en un principio trabajó profesionalmente como baterista y técnico de marco, lleva primaveras practicando deportes extremos y no es al margen a los saltos desde lugares altos. Comenzó a practicar parapente a los 25 primaveras, seguido del paracaidismo a los 30 y el ala delta a los 35, todo lo cual, según él, le ayudó a ganar su sueño de desaparecer en una ruedo.
Freddy se considera ya un diestro en estos deportes y está seguro de que su profundo conocimiento de las montañas de Vercors, en las que practica este deporte desde hace muchos primaveras, y las paraíso desde las que salta, hacen que sus viajes en paracaídas sean lo más seguros posible. De hecho, en el vídeo, mostrado en YouTube, Freddy confirma que se dejó desaparecer en torno a el suelo con un descenso a 1.600 metros antaño de reparar la menester de inaugurar el paracaídas.
Las alfombras mágicas han sido un mito en el folclore durante siglos.
Las alfombras mágicas han sido mencionadas en el folclore durante siglos, originalmente en los cuentos de Oriente Medio y el sur de Asia de “Las mil y una noches” (Las mil y una noches), recopilados durante la Permanencia de Oro islámica (siglos VIII-XIV). Sin secuestro, en la hogaño, la ruedo voladora es más famosa por el papel que desempeñó en el explicación de Aladino, que, aunque no se incluyó en la resumen diferente de Las mil y una noches, se agregó a principios del siglo XVIII.El siglo del narrador francés Antoine Galland.