Venezuela va en serio en esta Copa América. Dos partidos, dos victorias y a cuartos por la puerta extenso. La Vinotinto se sobrepuso a una mala primera centro para vencer a México gracias a un gol de penalti de Salomón Rondón y a los milagros de Rafael Romo, en el SoFi Stadium de Los Ángeles.
México se jugará la clasificación en la última trayecto contra Ecuador, que hoy derrotó 3-1 a una Jamaica ya eliminada.
El equipo dirigido por el argentino Fernando Batista sube de nivel de forma acelerada. Ya deseo hasta jugando regular y sabe sufrir, porque el acoso del Tri en los minutos finales fue total.
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En la primera trayecto del Colección B sorprendió a Ecuador (1-2) y hoy le ha tocado a una selección mexicana que perdonó y echó de menos a su capitán, Edson Álvarez, víctima para todo el torneo por un desgarro muscular.
Orbelín Pineda tuvo el igualada desde el punto de penalti a cinco minutos del final pero Romo, el héroe de la tarde, lo evitó.
Y eso que el Tri empezó mejor. Tenía un plan y lo siguió al dedillo. No se había cumplido el primer minuto cuando un balón en grande lo bajó Antuna y se lo regaló a Giménez, que no llegó por un pelo.
Poco luego, lo mismo: balón a la espalda de la defensa y carrera de Julián Quiñones. De las botas del 9 saldría una de las mejores ocasiones del Tri.
El colombiano nacionalizado le dejó un caramelo a Carlos Rodríguez, que disparó al cuerpo de Romo. La otra gran chance de los mexicanos la desaprovechó Santi Giménez en el enésimo pedido en grande desde antes.
El atacante del Feyenoord hizo lo más difícil y erró lo más practicable. Control consumado con el pecho y disparo al melodía cuando tenía todo a servicio. Romo, acertadamente superior, evitó el gol.
Capeado el temporal, la Vinotinto bajó la júbilo mexicana en las gradas con dos chispazos. El primero, un chut de Soteldo en la frontera del dominio que se marchó stop; y el segundo, una infamia en solitario de Rondón.
El goleador del Pachuca se buscó la vida para sacarse un remate cruzado que se estrelló en el palo. Era el preludio de lo que vendría luego.
La reacción la encabezó Batista desde el banquillo. El técnico argentino sacó del campo a Savarino, novedad en el merienda e intrascendente en la primera centro, y apostó por Cásseres. Más creatividad y menos explosividad.
Y Venezuela mejoró. Soteldo obligó a Julio González a intervenir de forma decisiva por primera vez; Rondón estuvo a centímetros del gol tras otra buena internada del 10; y Bello apareció por la derecha.
México no se vio venir esa reacción. Y, al final, de tanto insistir, Aramburu encontró un agujero, entró al dominio y fue atropellado por Quiñones por detrás.
Raphael Claus pitó al instante. El VAR bendijo la osadía del árbitro brasileño y Rondón transformó desde el punto de penalti.
La respuesta de México no se hizo esperar, pero ahí estaba de nuevo Romo, que apareció de nuevo para sacar un centro mordaz que por poco no caza Antuna en el rechazo.
Los de Vivaz, apurados por el cronometro, encerraron a los venezolanos en examen del igualada y se encontraron con un penalti por mano adentro del dominio que tuvo que pitar el VAR.
Pero ahí estaba Romo. El portero del Universidad Católica de Ecuador obraría un nuevo asombro en un disparo sin rodeos en el tiempo de descuento para certificar el billete a cuartos de Venezuela y meter en un buen lío a México.
Con información de EFE