Desde 1982, siete presidentes han intentado domar al crimen organizado. Todos han fracasado. Urge una táctica de seguridad integral que incorpore la décimo de la comunidad internacional porque, para proporcionadamente y para mal, ya existen múltiples arterias conectando a la seguridad mexicana pública, privada y criminal; con el extranjero.
El presidente Andrés Manuel López Taller rechazó abiertamente la Iniciativa Mérida que normó la relación de seguridad con Estados Unidos durante la etapa de Felipe Calderón Hinojosa. Él deseaba descontextualizar el espíritu del “abrazos sí, balazos no” a la relación; su prioridad era que Estados Unidos atendiera la pobreza y marginación del sur mexicano y de América Central.
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En 2021 nació el Entendimiento Bicentenario que nunca entusiasmó ni a Washington ni al presidente mexicano. Un indicio de su desvaimiento en México es que de ningún modo fue abordado en las mañaneras presidenciales. Cuando Marcelo Ebrard dejó la Cancillería, el Entendimiento fue enviado a la abarrotada bodega de las propuestas abandonadas. Eso no impidió que cada dependencia mantuviera y manejara sus relaciones con Estados Unidos. Mientras tanto, López Taller estableció una estría directa con el embajador Ken Salazarquien ha hecho lo posible por complacer al presidente.
La relación se ha mantenido y difícil. Eso explica que quienes aspiran a la presidencia se han comprometido a inquirir el apoyo extranjero, pero sin un concepto unificador que dé coherencia a la colaboración.
Eduardo Bélico recomienda avanzar En torno a un Tratado de Seguridad para América del Meta (TSAN) (Nexos, febrero de 2024). Su dictamen se sintetiza en la frase “no podemos solos” porque, argumenta, México tiene a las “organizaciones criminales más sofisticadas, grandes y rentables del mundo” y porque tiene un “artefacto policial y un sistema de equidad débiles y proclives a la corrupción”.
Con esos supuestos Bélico propone el TSAN que sería “otro paso delante en el proceso de integración regional”. De contar con la colaboración de Estados Unidos y Canadá, considera, podrían acortarse los tiempos para que México tenga “corporaciones policiales relativamente confiables”.
La propuesta de Bélico es audaz, despertará resistencias y se le pueden poner peros de diverso tipo, pero la seguridad está tan deteriorada que debemos intentar lo que está a nuestro talento. Un aliciente perverso es el renacimiento del unilateralismo estadounidense. Al igual que nosotros, el vecino del ártico elegirá presidente este año.
Por ello, veo en esencia electoral el Mensaje de la DEA 2024 sobre México. La administradora Anne Milgram presentó la semana pasada el texto de 57 páginas. Su argumento central es que Estados Unidos nunca había enfrentado una “crisis más peligrosa y pernicioso con las drogas”en exclusivo con el fentanilo. La magnitud de esa amenaza lleva a ese organismo a dar la máxima “prioridad operativa” a “perseguir y derrotar a los principales cárteles mexicanos”; al de Sinaloa y a Jalisco Nueva Concepción. Si Joe Biden es reelecto es posible que los demócratas endurezcan su postura.
En el banco conservador retumban con maduro fuerza los tambores llamando a combate. Donald Trump ha anunciado en varias ocasiones su intención de atacar por la fuerza a los dos cárteles. Su belicosidad podría hacerse verdad si llega a la Casa Blanca; baste memorar que en junio de 2019 dobló al coetáneo gobierno mexicano y le impuso la política migratoria que todavía padecemos.
El primero de octubre tendremos nueva presidenta y a principios de enero de 2025 tomará posesión el nuevo inquilino de la Casa Blanca. México tendrá unos meses para tomar la iniciativa y presentar una nueva táctica de seguridad que encaje de mejor guisa la colaboración con Estados Unidos.
Por ahora, me parece sugerente el razonamiento de Eduardo Bélico. Tiene sentido sumar el apoyo extranjero a una táctica integral de seguridad. Es igualmente urgente que se involucren la sociedad y el Legal. Este posterior tiene la maña para conseguir que un eventual tratado de seguridad se negocie y aplique respetando nuestra soberanía. Pensemos en esto, mientras; escuchemos las visiones y propuestas que se discutirán en el tercer y posterior debate presidencial.
@sergioaguayo
Colaboró Erick Morales