Cuando las fuerzas proeuropeas ganaron en Moldavia en noviembre, su triunfo sólo fue por un beneficio muy ajustado. Una campaña concertada de influencia rusa estaba potencialmente detrás de esto.
Se ha formado un nuevo gobierno en Moldavia. Reelegida a principios de noviembre, la presidenta proeuropea Maia Sandu sólo ha sustituido a los ministros encargados de Interior, Agricultura e Infraestructuras.
El ministro del Interior, Adrian Efros, había anunciado anteriormente su dimisión a posteriori de que se supo que Moscú había utilizado a activistas y piratas informáticos para interferir en las elecciones.
En el verano, el liderazgo de Maia Sandu parecía confiado y todos esperaban un válido voto Sí en el referéndum de adhesión a la UE. En los dos casos, el beneficio de triunfo de las fuerzas prooccidentales fue minúsculo.
La mayoría de los jóvenes de Moldavia se alinean con Europa, pero ¿por qué entonces el 49% de la población votó en contra de la UE? Los observadores internacionales dicen que la respuesta está en Rusia y su estado anexado, la república separatista de Transnistria.
Transnistria, un enclave soviético
La frontera que divide a Moldavia en dos partes no es reconocida por la comunidad internacional, pero ha existido durante 34 abriles. La República de Transnistria tiene su propia moneda, matrículas y, por supuesto, bandera. En la hacienda, Tiraspol, el tiempo se ha detenido desde la desintegración de la Unión Soviética. La monocromía de los monumentos a Lenin y Marx sólo se ve interrumpida por una estatua de Harry Potter.
2.000 soldados rusos estacionados en Transnistria se encargan de que todo se haga según los deseos de Moscú. Por eso, en esta parte de Moldavia, la invasión rusa de Ucrania sólo puede considerarse una querella defensiva o una operación marcial específico. Quienes expresan examen a la querella a menudo se encuentran tras las rejas.
Condiciones duras
Esto es lo que le ocurrió a Viktor Plescanov, el preso político más conocido del país. En 2022, el ingeniero de 50 abriles colgó una bandera ucraniana en su terraza y publicó “Dispensa para Ucrania” en sus redes sociales, para poco a posteriori ser confrontado por las autoridades.
En septiembre de 2022, fue condenado a tres abriles y dos meses de prisión sin discernimiento por cargos de terrorismo.
“Las condiciones en prisión eran infernales. Era como el siglo XIX. Esto no es Europa”, explicó Viktor, quien en un momento desistió e intentó suicidarse. Igualmente mostró en su valedor exactamente donde había intentado cortarse las muñecas.
Mientras tanto, su esposa, Oxana, iba de embajada en embajada reclutando partidarios y contando la historia de Viktor Plescanov al mundo.
Finalmente, bajo presión de la OSCE y del embajador de Estados Unidos en Chisinau, el líder de Transnistria, Vadim Krasnozelsky, perdonó a Plescanov.
Pero decenas de presos políticos siguen en las cárceles de Tiraspol. Esto podría ser un serio obstáculo para la adhesión de Moldavia a la UE, porque si los moldavos se unieran al proceso de integración, los separatistas rusos y ucranianos lo acompañarían, poco que Bruselas preferiría evitar.