Washington no debería “acaecer una cargo impagable a nuestros hijos y nietos”, dice el senador demócrata.
Mientras la deuda doméstico apunta a 35 billones de dólares y el debe presupuestario se acerca a 1,5 billones de dólares este año fiscal, el senador Jon Tester (demócrata por Mont.) planea reintroducir su rectificación constitucional que exige presupuestos equilibrados.
Tester, que aspira a la reelección este año, quiere exigir a los presidentes y al Congreso que presenten presupuestos equilibrados al pueblo estadounidense. Dice que esto reduciría los costos y frenaría el pago sabido innecesario.
“En un momento en que los habitantes de Montana luchan contra el aumento de los costos en todo, desde la vivienda hasta los alimentos, el presidente y el Congreso deben hacer más para controlar (sic) el pago gubernativo innecesario y ejecutar como administradores responsables de nuestra pertenencias”, dijo.
La deuda doméstico presente es “inaceptable e insostenible”, añadió Tester, y Washington no debería “acaecer una cargo impagable a nuestros hijos y nietos”.
Durante el año pasado, los legisladores de ambas cámaras presentaron reglamento para insertar una rectificación presupuestaria equilibrada a la constitución.
En diciembre, el representante Rudy Yakym (republicano por Indiana) propuso vincular los límites de la deuda doméstico a un porcentaje del PIB, incólume en tiempos de conflictos militares. Su rectificación requeriría que la deuda doméstico no exceda el 130 por ciento del PIB en el primer año de vigencia de la rectificación. En el futuro, el frontera disminuiría en un 1 por ciento en cada año fiscal sucesivo.
El senador Mike Lee (republicano por Utah) y el senador Chuck Grassley (republicano por Iowa) introdujeron una rectificación presupuestaria equilibrada en febrero de 2023. Las medidas obligarían al Congreso a equilibrar el presupuesto cada año, limitarían el pago federal a no más del 18 por ciento del PIB, y requieren una mayoría calificada en la Cámara y el Senado antaño de aumentar el techo de deuda de la nación o aumentar los impuestos.
“No podemos obedecer de límites de pago autoimpuestos y estatutarios que el Congreso puede renunciar con una mayoría simple”, dijo Lee. “Es la única posibilidad que garantiza la aplicación de futuras reformas”.
Al 6 de mayo, la deuda doméstico ascendía a 34,56 billones de dólares, según datos del Riquezas.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un organismo de control presupuestario no partidista, pronostica que la deuda doméstico superará los 50 billones de dólares para 2034, impulsada por 20 billones de dólares en déficits acumulados.
Para 2054, la CBO proyecta que la relación deuda-PIB se disparará al 172 por ciento.
Postura de la Casa Blanca sobre presupuestos equilibrados
A medida que más autoridades públicas comienzan a prestar atención a la situación fiscal del país, ha habido un debate en torno a una rectificación presupuestaria equilibrada.
Los funcionarios de la Casa Blanca han descartado en gran medida el concepto.
Shalanda Young, directora de la Oficina de Diligencia y Presupuesto (OMB), expresó su preocupación de que esta idea afectaría las redes de seguridad pública esenciales, como la Seguridad Social y Medicare.
“Pero creemos que las cifras nominales cuentan una historia; la historia más compleja es considerar muchas de estas cosas como porcentaje del PIB”, dijo Young en una audiencia del Comité de Presupuesto del Senado en marzo.
A pesar de las preocupaciones generalizadas sobre la sostenibilidad fiscal, la Secretaria del Riquezas, Janet Yellen, no cree que sea necesario enfrentarse los desequilibrios presupuestarios para avalar que las cuentas del país vayan por la senda financiera adecuada.
El presidente Joe Biden ha promocionado repetidamente que recortará la deuda doméstico. En mayo de 2023, por ejemplo, el presidente dijo a los periodistas que había pequeño la deuda doméstico en 1,7 billones de dólares “en mis primeros dos primaveras”.
Debate sobre la iniciativa política
Los defensores de esta iniciativa política dicen que es simplemente un paso en dirección a el control de la deuda y los déficits del gobierno federal. Si admisiblemente ayudaría a concentrarse en el resultado final, la rectificación “no puede resolver estas diferencias políticas subyacentes”, dice la Fundación Peter G. Peterson.
Los críticos creen que imponer este standard tiene demasiados inconvenientes.
Según Richard Kogan, investigador principal del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, una rectificación presupuestaria equilibrada perjudicaría la pertenencias.
“Al requerir un presupuesto moderado cada año, sin importar el estado de la pertenencias, la propuesta de rectificación al presupuesto moderado (BBA, por sus siglas en inglés) correría el peligro de soportar a una pertenencias débil a la recesión y hacer que las recesiones sean más frecuentes, más largas y más profundas, causando pérdidas de empleo muy grandes y perjudicando el crecimiento a dadivoso plazo”, escribió en abril de 2018.
Encima de esta idea, un coro de conservadores ha abogado por el llamado plan del centavo, aunque ha habido diferentes variaciones, incluido el Plan Six Penny del senador Rand Paul (R-Ky.).
Esta iniciativa recortaría entre uno y seis centavos por cada dólar de pago. Paul cree que su política de seis centavos equilibraría el presupuesto federal en cinco primaveras.
La Fundación del Sindicato Franquista de Contribuyentes afirmó que este sería un paso “inteligente y escalonado” en dirección a la responsabilidad fiscal.
“Algunos en Washington actúan como si los déficits masivos fueran la nueva normalidad, pero esta normalidad no es sostenible. Déficits anuales tan grandes impulsarán el aumento de las tasas de interés, lo que a su vez encarecerá mucho el costo de financiar la deuda del gobierno”, afirmó la estructura en un exploración de 2022. “Es más, la incapacidad de practicar la restricción fiscal en primaveras normales limitará la capacidad del gobierno federal para replicar a las crisis económicas”.
Hoy en día, los pagos de intereses se han convertido en una de las principales partidas presupuestarias, superando el pago en defensa.
Mientras tanto, uno y otro lados del pasillo están trabajando para formar una comisión bipartidista para enfrentarse la creciente deuda doméstico.