Bart De Wever, presidente de la nacionalista Nueva Alianza Flamenca, ha sido estimado para sondear qué partidos podrían formar un gobierno de coalición.
El rey de Bélgica nombró a Bart De Wever, presidente de la nacionalista flamenca Nueva Alianza Flamenca (N-VA), para explorar posibilidades de coalición.
En un resultado sorprendente, el N-VA de De Wever venció al partido de extrema derecha Vlaams Belang en las elecciones de la UE la semana pasada, lo que significa que sigue siendo el partido político más conspicuo de Bélgica.
El rey Felipe se reunió con De Wever el miércoles por la tarde, quien le ordenó “identificar los partidos que deseen formar rápidamente una coalición estable a nivel federal”.
Informará al rey en el interior de una semana, el 19 de junio.
Los partidos nacionalistas flamencos dominaron las elecciones mientras el partido socialdemócrata del Primer Ministro Alexander De Croo recibió un ataque.
A pesar de que las encuestas predicen que el partido de extrema derecha y antiinmigración Vlaams Belang se convertirá en la principal fuerza política del país con una población de 11,5 millones, el N-VA mantuvo su primer puesto, con un 22% esperado de los votos, según a los resultados provisionales facilitados por el Tarea del Interior.
El Vlaams Belang quedó en segunda posición, con una cuota del 17,5%, por delante del Partido Socialista Voruit, que obtuvo cerca de del 10,5% de los votos.
El partido de De Croo obtuvo menos del 7% de los votos, muy por detrás de la extrema izquierda, y renunciar poco posteriormente de que llegaron los resultados.
Las negociaciones serán complicadas ya que el país está dividido por el idioma y profundas identidades regionales. Bélgica está dividida por líneas lingüísticas, con la Valonia francófona en el sur y la Flandes de palabra holandesa en el septentrión, y los gobiernos están invariablemente formados por coaliciones formadas por partidos de ambas regiones.
Hasta ahora, a Vlaams Belang se le ha impedido ingresar a los gobiernos, ya que los principales partidos prometieron excluirlo del poder bajo una doctrina de “cordón inodoro” que se refiere a la barrera protectora establecida para detener la propagación de enfermedades infecciosas.