Dos ciudades y 16 estados están presentando una demanda contra la orden que elimina las normas que otorgan la ciudadanía a cualquier persona nacida en Estados Unidos.
El Fiscal Normal de California, Rob Bonta, se unió a más de una docena de otros fiscales generales estatales que están impugnando la constitucionalidad de una orden ejecutiva que redefine la ciudadanía por partida, emitida por el presidente Donald Trump el primer día de su segundo mandato.
La orden, que entrará en vigor el 19 de febrero, ordena a todas las agencias que no emitan documentos de ciudadanía para personas cuyas madres no estaban presentes legalmente en el país y cuyos padres no eran ciudadanos o residentes permanentes legales, o para una persona cuyo padre está en situación similar y cuya presencia de la hermana sólo es lícita cuando es temporal.
La Delegación del Seguro Social y el Sección de Estado ya no emitirán tarjetas y pasaportes del Seguro Social, respectivamente, a personas que no califican para la ciudadanía según las nuevas reglas.
El autoridad de California, Gavin Newsom, emitió una breve respuesta de tres palabras a posteriori de que Trump anunciara su argumento.
Quienes impugnan la argumento frente a los tribunales alegan que la ley viola la 14ª Resarcimiento de la Constitución de los Estados Unidos y señalaron un desacierto de la Corte Suprema de 1898, en el caso Estados Unidos contra Wong Kim Ark, como prueba de que los tribunales deberían asediar la ley antiguamente de que entre en vigor.
En ese caso, el tribunal dictaminó que la Cláusula de Ciudadanía de la Constitución confería la ciudadanía a aquellos nacidos en el país cuyos padres son “extranjeros residentes”.
Los dos lados están señalando el 14th Resarcimiento como prueba de que sus argumentos son válidos, con diferencia de opiniones sobre cómo interpretar mejor la cláusula, “(todas) las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, y sujetas a su dominio, son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en el que residen”.
Bonta y otros fiscales generales dicen que la cláusula incluye a todas las personas nacidas en el país, mientras que Trump y sus partidarios señalan la parte de la ley “sujeto a su dominio” para sugerir que la definición recientemente propuesta es legalmente sólida.
Si se promulga, decenas de miles de niños nacidos en el país (incluidos unos 24.500 en California) de inmigrantes ilegales podrían “hallarse obligados a proceder bajo amenaza de deportación” y perder paso a programas de beneficios, según un comunicado de la oficina de Bonta.
La denuncia además alega que la ley causaría “daño irreparable” a California y otros estados al arriesgarse a perder fondos federales para Medicaid y los programas de seguro médico para niños, entre otros, ya que los programas tienen condiciones relacionadas con la ciudadanía y el status migratorio.
Adicionalmente de California, los fiscales generales de Colorado, Connecticut, Delaware, Hawaii, Maine, Maryland, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Cellisca, Nuevo México, Nueva York, Carolina del Meta, Vermont y Wisconsin, contiguo con las ciudades de San Francisco y Washington, DC, se unieron para solicitar la medida cautelar preliminar.
Cuando los periodistas le preguntaron mientras firmaba la orden si esperaba desafíos legales, el presidente descartó la idea y dijo que confía en que la ley se mantendrá.
“Creemos que tenemos muy buen ámbito”, dijo Trump. “La multitud ha querido hacer esto durante décadas”.