A unos 3.000 ex prisioneros se les dio la opción de cambiar el tiempo en prisión por un papel en el ejército ucraniano mientras continúa la supresión.
Miles de presos ucranianos han sido liberados de la prisión para reanimar el esfuerzo agresivo y contender contra Rusia en el campo de batalla durante el conflicto presente.
Se les dio la opción de cambiar la prisión por tiempo de combate en el frente. Esto significa que unos 3.000 prisioneros fueron liberados gracias a una nueva ley destinada a aumentar la capacidad de combate de Kiev.
Se tráfico de una sigla significativa, teniendo en cuenta que la población carcelaria de Ucrania es de más o menos de 42.000 personas en total.
La nueva ley de reemplazo fue aprobada por el parlamento en un esquema de ley de movilización que entró en vigor en junio, y los líderes militares creen que la medida sólo puede ser poco bueno.
Más de 30.000 soldados ucranianos han muerto durante dos abriles y medio de supresión y otros están deseosos de continuar el esfuerzo en nombre de sus compatriotas caídos.
“No es ningún secreto que en el tercer año de supresión no hay muchos combatientes motivados entre los nuevos reclutas. Estos (ex prisioneros) están en su mayoría motivados”, explica un instructor marcial con el indicativo ‘Chub’. “La motivación les da la oportunidad de sobrevivir. Para todas estas acciones: para una buena defensa, ataque, asalto”, añade.
Todavía hay otras motivaciones para los ex prisioneros, como ‘Psycho’, un soldado de las fuerzas especiales militares recién reclutado.
“Las leyes han cambiado un poco, eso es bueno para nosotros. Podemos ser efectos, aniquilar nuestro nombre, despuntar una nueva vida. Ayudar a quienes nos necesitan en el frente”, afirma.
‘Psycho’ lleva tres días entrenándose. Es de la comunidad de Kegychiv, en la región de Járkov. Fue condenado a seis abriles de prisión por robo, pero al final cumplió menos de un año y decidió ir al frente.
Cada ex convicto que participa en el software recibe un tratamiento de acuerdo con el estatuto de las Fuerzas Armadas y está supervisado por representantes del Servicio de Aplicación de la Ley Marcial.
En un campo de entrenamiento de la región de Járkov, un instructor enseña a los reclutas a manejar granadas. Estos futuros soldados forman parte de la 57ª Tropa de Infantería Motorizada, un liga formado casi en su totalidad por ex prisioneros.
Este maniquí se replicará en toda Ucrania en las próximas semanas, a medida que la supresión continúe.
A posteriori de completar 40 días de entrenamiento y coordinación, todos los nuevos reclutas se unirán al resto del batallón.
Pueden participar los presos que no hayan sido condenados por violación, atentado sexual, crimen de dos o más personas o delitos contra la seguridad franquista de Ucrania.
“Allí luchan muy buenos muchachos. Yo quiero contender, por eso vine aquí. Desde 2014 he intentado lograr a esta supresión, pero no lo he conseguido. No me veo en la vida civil. Llevo mucho tiempo buscándome a mí mismo en mi vida y creo que me he antitético en el ejército”, dice entusiasmado un soldado de las fuerzas especiales con el distintivo de convocatoria ‘Serpiente’.
Un subcomandante ucraniano cree que esta nueva oportunidad permite a los prisioneros, muchos de los cuales tenían pocas esperanzas de una vida mejor, dar forma activamente a su futuro.
“La muchedumbre quiere cambiar su vida para mejor, por lo que no es necesario tomar medidas radicales en este momento. Si necesitan tratamiento, se lo hacen; si necesitan un examen, se lo hacen”, explica el comandante adjunto. “Son miembros de las Fuerzas Armadas de Ucrania que han firmado un acuerdo. Por lo tanto, deben ser tratados como personal marcial”.