Bruselas critica a Italia, Hungría y Eslovaquia por el deterioro del Estado de derecho

La Comisión Europea ha publicado la nueva tirada de su Noticia sobre el Estado de Derecho, que muestra problemas persistentes en la privilegio de prensa.

Italia, Hungría y Eslovaquia han sido objeto de críticas por su continuo trastorno de los estándares democráticos, que amenaza la persecución efectiva de la corrupción, la independencia del sistema legislativo y la seguridad de los periodistas.

Los tres países obtuvieron malos resultados en la nueva tirada del mensaje sobre el Estado de derecho, que publica cada año la Comisión Europea. El extenso mensaje examina a todos los Estados miembros y ofrece recomendaciones específicas para encarar las deficiencias y cerrar las lagunas.

“La protección del Estado de derecho es una labranza continua”, afirmó el miércoles Margen Jourová, vicepresidenta de Títulos y Transparencia de la Comisión, al presentar las principales conclusiones. “Vemos que todavía son necesarias más medidas”.

El mensaje “no nombra ni avergüenza ni elogia a nadie”, añadió, calificándolo de “útil preventiva” para fomentar el diálogo y crear conciencia.

Aun así, el adiestramiento inevitablemente crea una lentilla magnificada sobre ciertos países sospechosos de alejarse de las normas de la UE.

Este año, se insta a Italia a hacer más para certificar la financiación adecuada de los medios públicos, proteger el secreto profesional de los periodistas y arreglar su régimen de difamación.

El llamado se produce en medio de preocupaciones en Italia por la creciente influencia política en el sector de los medios, presuntos episodios de censura, el acoso a las voces críticas y la posible adquisición de la agencia de noticiero AGI por un diputado de extrema derecha. En mayo, los periodistas de la RAI, la radiodifusora pública, Se declararon en huelga para protestar contra lo que describieron como el “control asfixiante” que ejerce el gobierno de Giorgia Meloni sobre el contenido editorial.

Meloni ha presentado demandas contra varios periodistas que han hecho comentarios mordaces sobre ella. La semana pasada, un periodista fue condenado a enriquecer 5.000 euros por daños y perjuicios por burlarse de la mérito de la primera ministra en las redes sociales.

“Llevamos abriles expresando la condición de defender el periodismo”, dijo Jourová cuando se le preguntó sobre Italia. “Pero con los nuevos incidentes denunciados por las partes interesadas y los recortaduras presupuestarios, esto se está volviendo muy urgente”.

Hungría, una cuestión “sistemática”

En cuanto a Hungría, una inquietud perenne en el costado de la Comisión, el mensaje muestra una yerro total de progreso en varias áreas, incluidas las normas sobre lobby y puertas giratorias, el procesamiento de casos de corrupción de stop nivel, la transparencia en la publicidad estatal, la independencia editorial de los medios públicos y los obstáculos que dificultan el trabajo de las ONG.

En los últimos abriles, Bruselas ha iniciado numerosos procedimientos de infracción contra Budapest, la mayoría recientemente sobre la emplazamiento “Oficina de Protección de la Soberanía”, facultada para investigar a personas y organizaciones que reciben financiación extranjera y son sospechosas de influir en el debate político y los procesos electorales del país.

La oficina polémica ha iniciado los procedimientos en Transparencia Internacional y Átlátszó, una estructura de investigación sin fines de provecho financiada por donaciones internacionales.

En reacción a la persistente tendencia al retroceso demócrata, la Comisión congeló más de 30.000 millones de euros de la parte asignada a Hungría de los fondos de cohesión y recuperación, una situación que el Primer Ministro Viktor Orbán denunció repetidamente como “chantaje financiero”.

El año pasado, sin bloqueo, el ejecutor liberó 10.200 millones de euros a posteriori de que Budapest introdujera una reforma legislativo en cuerda con las recomendaciones de la UE. La audacia desencadenó una furiosa reacción y llevó al Parlamento Europeo a demandar a la Comisión.

Aproximadamente 22.000 millones de euros siguen paralizados, sin perspectivas de posibilidad próxima.

“Intentamos ser justos en el modo en que analizamos la situación”, dijo Didier Reynders, Comisario Europeo de Neutralidad, hablando contiguo a Jourová. “Pero yo diría que Hungría es un real problema sistémico para la Comisión en lo que respecta al Estado de derecho”.

Incertidumbre sobre Eslovaquia

Un resultado similar podría ocurrir pronto en Eslovaquia.

Eslovaquia lleva meses bajo la lupa por una serie de cambios legislativos encabezados por el gobierno del primer ministro Robert Fico, que han puesto a Bruselas en alerta máxima. El principal de ellos es la reforma de la radiodifusión pública, RTVS, que este mes Fue disuelto y reemplazado con una nueva entidad, conocida como SVTR.

Según Fico, la reforma era necesaria para corregir el sesgo político de RTVS, que según él está “en conflicto con el gobierno eslovaco”. Estas afirmaciones fueron cuestionadas por la estructura y desencadenaron las protestas del “Jueves Bruno”.

Tras las críticas, incluso de la Comisión, el gobierno abandonó las partes más polémicas de la reforma, como la creación de un consejo para supervisar la programación, pero mantuvo una disposición que permitía a la mayoría gobernador controlar el consejo de despacho de SVTR.

Bruselas además está preocupada por los cambios propuestos en el Código Penal y la disolución de la Fiscalía Particular, que podrían poner en peligro las investigaciones sobre el uso indebido de capital sabido y socavar el presupuesto de la UE. Otras preocupaciones son el plan de ley que obligaría a las ONG que reciben más de 5.000 euros del extranjero a ser etiquetadas como “organizaciones con apoyo extranjero”.

Jourová, que manifestó su preocupación durante una cita a Bratislava en abril, dijo que las conversaciones con el gobierno de Fico estaban en curso y eran “intensas”, a la paciencia de la lectura final de los textos legislativos. La Comisión, dijo, tiene el “deber” de iniciar procedimientos de infracción si alguna de estas leyes finalmente viola las normas de la UE.

Pero ¿se atreverá Bruselas a congelar fondos como hizo con Hungría?

“En este diálogo político llegaremos lo más remotamente posible para solucionar el problema y asegurarnos de que tenemos una protección vivo del capital de la UE”, afirmó Reynders.

“Al final veremos si es posible consensuar las distintas enmiendas para considerar que tenemos una protección vivo o utilizar otras herramientas”, añadió. “Pero por el momento, intentamos dar prioridad al diálogo”.

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