De acuerdo con el arrocero huilense Raimundo Vargas Castro el comportamiento de los precios del arroz paddy verde han comenzado a descender estrepitosamente, perjudicando a los campesinos productores. La responsabilidad es de los molinos que compran este producto. Hay un llamado “urgente” al Ocupación de Agricultura.
CATERÍN MANCHOLA
@cate_manchola
Los campesinos de los departamentos arroceros de Colombia, entre los cuales se destaca el Huila, están pasando por una situación compleja en materia de precios al productor y se han manido obligados a encender nuevamente las alarmas para que el Gobierno Doméstico les tienda una mano.
De acuerdo con el arrocero campoalegruno Raimundo Vargas Castro, el comportamiento de los precios del arroz paddy verde (etapa primaria de arroz) a principios del presente año 2024 era de $230.000 la carga de 125 kilos, pero desde hace 15 días, los molineros comenzaron a imponer su ‘ley’ disminuyendo precios de transacción, afectando a los campesinos.
Cerca de recapacitar que el arroz paddy verde es vendido por los productores a los molineros del país donde comienza el proceso de industrialización que finalmente se convierte en el arroz blanco consumido por la ciudadanía en normal.
“Los molineros a través de los industriales del molino Diana, bajaron el precio a $120.000 inicialmente y hace dos días lo ubicaron en $210.000”, dijo Vargas Castro. “Eso es poco inquietante para el productor arrocero, como para los campesinos, porque los ingresos se disminuyen notoriamente y podemos tener afectaciones en el sustento para nuestras familias”, argumentó.
Hay una último proposición de arroz. De acuerdo con Vargas Castro, los inventarios de junio pasado “son los más bajos que ha habido en la historia de arroz y, entonces, no entendemos por qué esta situación de los industriales de tener esa reducción de cerca de $20.000 por carga”.
Enfatizó que los costos de producción no ceden y eso les “Afecta notablemente porque tanto los costos de producción como los agroquímicos y fertilizantes, no bajan, siempre están al elevación; nuestros ingresos se disminuyen y de esa modo no podríamos cultivar a esos precios”.
De igual modo han tenido afectaciones en el rendimiento correcto a la variabilidad climática, según muestran estadísticas del Dane.
“El llamado urgente es al Gobierno Doméstico para que haga una concertación con los industriales”, sostuvo. Incluso que se vuelva a convocar el Consejo Doméstico del Arroz para trazar una hoja de ruta para salir de esta situación, fijando unos precios acordes al nivel de producción.
El Huila es el cuarto área viejo productor de arroz en Colombia; por su parte Casanare, Tolima y Meta lideran respectivamente el primer, segundo y tercer puesto según el Dane.
Llamado franquista
En ese sentido la Alianza Doméstico de Arroceros ha expresado al Gobierno Doméstico y a la industria una “situación de susto”. El corporación mostró su preocupación por el precio que viene registrando el arroz paddy verde pagado por la industria molinera al productor, ad portas de la cosecha del país que tendrá oportunidad en el segundo semestre del año; el Huila y Tolima asimismo estarán en cosecha.
Según ha indicado el director normal de Fedearroz Rafael Hernández Vivaz, “ya es preocupante el precio de transacción del arroz paddy verde al agricultor, al iniciarse la segunda quincena de julio, cuando las primeras zonas del Liso empiezan a cosechar, agravando una situación de reducción en el precio que inició hace cerca de 3 semanas en varias regiones productoras del país”.
Para el dirigente corporativo esta coyuntura “amenaza seriamente el ingreso de los cultivadores de arroz y miles de familias campesinas que hacen parte de esta gran condena productiva, como quiera que este año se han presentado impactos sobre los rendimientos por cuenta del cambio climático y el impacto imagen de otras situaciones extremas como las inundaciones por el rio Cauca en La Mojana”.
El corporación resaltó que el inventario de arroz en la industria habitable al vallado de junio es de los más bajos de la historia, por lo que considera que una reducción de precios no concuerda con la verdad del avituallamiento franquista.
Incentivo al almacenamiento
De la misma modo, otra situación que pudiera afectar la comercialización del pizca es el hecho de no contar con el incentivo al almacenamiento, mecanismo que ha existido hace cerca de 30 primaveras y que había venido contribuyendo a mitigar los género negativos sobre el precio a la salida de la cosecha.
Frente a la situación contemporáneo, Fedearroz solicitó al Gobierno Doméstico “concertar con el corporación productor, alternativas que eviten los género negativos que una situación como la advertida tiene sobre el empleo y la seguridad alimentaria, teniendo en cuenta la exterminio del incentivo al almacenamiento, el cual históricamente había contribuido a la estabilidad del precio al productor de arroz”.
Por postrero, solicitó a la industria molinera, confesar en el precio al productor, los esfuerzos que vienen haciendo los agricultores y campesinos para mejorar la competitividad del sector y para contribuir decididamente a la permanencia de un cultivo como avalista de la soberanía alimentaria franquista.
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