El Gobierno Franquista del presidente Gustavo Petro se alista para presentar una segunda reforma tributaria en el Congreso de la República. Los expertos entregan sus opiniones sobre la propuesta.
CATERÍN MANCHOLA
@cate_manchola
El presidente Gustavo Petro va por su segunda reforma tributaria en su mandato, ad portas de cumplir dos primaveras de gobierno la próxima semana (7 de agosto). El expresidente Iván Duque igualmente realizó dos reformas tributarias.
La primera reforma de Petro al sistema tributario de Colombia buscó recibir $20 billones entre el 2023 y el 2026 y ha sido el monto más detención en la historia nuevo, pero varios de sus artículos fueron ‘tumbados’ por la Corte Constitucional.
Ahora la meta es $12 billones, pero en medio de un hostil panorama en el Congreso, escándalos por presuntos hechos de corrupción y desaceleración económica, la propuesta del presidente no tendría un camino casquivana.
En su momento el expresidente Iván Duque siquiera la tuvo casquivana para aprobar su segunda reforma, a posteriori de la pandemia de covid-19, bautizada como Ley de inversión social; y que se dio igualmente en medio de escándalos de presunta corrupción y desaceleración económica. Por eso, debió hacerle grandes modificaciones, en medio de un estallido social que sacudió fuertemente el país. Pero finalmente fue aprobada. ¿Correrá Petro con la misma ‘suerte’?
La propuesta
Ayer, el Profesión de Hacienda informó mediante comunicado de prensa que fue radicado frente a el Congreso de la República, el plan de Ley del Presupuesto Universal de la Nación (PGN) 2025 por $523 billones (29,4% del PIB).
Y explicó que de ese monto total, “$12 billones son contingentes: están sujetos a la aprobación de un plan de ley de financiamiento que el Gobierno franquista presentará a consideración del Congreso de la República, en virtud de lo dispuesto por el artículo 347 de la Constitución Política C.P. y el artículo 54 del Estatuto Orgánico de Presupuesto (EOP)”.
Argumentó que la aprobación de la ley de financiamiento “permitirá contar con las fuentes de medios para gastos por igual cuantía, por lo que el monto del PGN propuesto es consistente con el cumplimiento de la regla fiscal”.
En el documento el Profesión no entrega más detalles sobre la reforma, pero en diversos espacios, el patriarca de la cartera de Hacienda, Ricardo Bonilla ha regalado luces de lo que se pretende y ha recalcado que el objetivo es alentar la hacienda.
“Estamos construyendo un paquete de medidas para ayudar a la reactivación económica”, anunció durante el más nuevo congreso de Andesco. “Ese paquete de medidas tiene dos grandes componentes: primero, un componente de estímulos tributarios, que estamos organizando para sobrellevar al Congreso de la República, que tenemos que hallarse el 20 de julio, estamos mirando con distintos sectores cómo es; y segundo, un gran paquete de medidas con los actores económicos, ¿cómo recuperamos la construcción? ¿Cómo recuperamos la industria?”, y otros sectores de la hacienda, agregó.
Propende por recuperar el certificado de rembolso tributario para estimular algunas exportaciones. Gestar unos beneficios para el sector turismo mediante estímulos tributarios, para municipios con menos de 400 mil o 300 mil habitantes. Extraoficialmente se acento de disminuir el impuesto de renta a personas jurídicas del 35% al 30% o más.
Ola de reacciones
Lo que más ha llamado la atención de los economistas, ha sido la propuesta de una nueva reforma tributaria.
Luis Fernando Mejía, director ejecutor del centro de investigación económica y social Fedesarrollo, considera que “una ley de financiamiento (reforma tributaria) de $12 billones (0,7% del PIB) no es una buena idea en una hacienda que crece poco, en parte conveniente al impacto de las dos últimas reformas tributarias”. Es afirmar, la segunda reforma de Duque y la primera de Petro.
Para el hábil, de otro costado, es “mejor priorizar y hacer más valioso el presupuesto que aumente el crecimiento”.
Mezclando un tinte político, el exdirector de la Dian (gobierno de Iván Duque), Lisandro Tallo Riveira señaló que “Van a recibir en el plan de reforma tributaria 12 Billones de pesos, bajándole la tarifa de renta a las empresas de 35% a 30%. A punta de matemáticas chavistas”.
Y así mismo, el exministro de Hacienda y Comercio de Duque, José Manuel Restrepo expresó que “meterse en una reforma tributaria para juntar $12 billones, es inyectarle otra dosis de incertidumbre y desconfianza a la hacienda y a la inversión privada. No sería un plan de reactivación sino de desactivación”.
“Medida insuficiente”
De su costado la presidenta de la Cámara Colombo Saco, María Claudia Lacouture piensa que “no es el momento para una reforma tributaria”. Indicó que la mejor reforma tributaria “es la sobriedad del desembolso y la inversión valioso del presupuesto”. Argumentó que, este tipo de propuestas toman tiempo y el estancamiento de la hacienda requiere acciones urgentes.
Adicionalmente, “sabemos cómo entran, pero no cómo terminan a posteriori de su curso en el Congreso, y con los niveles de incertidumbre que tenemos, se le estaría echando chasca al fuego. Si proporcionadamente estrechar el impuesto de renta siempre es una buena nueva, en este momento sería una medida insuficiente ya que el estancamiento de la hacienda no solo es por demanda sino de propuesta”.
Y desde el centro de estudios económicos Anif estiman que es “sobrado inconveniente pensar que vamos a aumentar los impuestos a la hacienda formal, es una idea que no es bienvenida, porque precisamente los sectores que tradicionalmente tienen adhesión carga tributaria son los que peor la están pasando”.
“Entendemos una reforma tributaria si hubiera algún tipo de paquetes de estímulo a la inversión. Nosotros hemos sugerido que se pueden contemplar algunos estímulos en la inversión en activos fijos con unas fórmulas de presión acelerada que tendría un objetivo relativamente inmediato en la inversión en el año entrante y fiscalmente solo se vería en 2026”, concluyó.
Esta será la más egregio reto del Gobierno Franquista en la presente plazo.
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