La atención que Bill Gates está prestando al fonio, un grano ancestral de África Occidental, resalta la importancia de los cultivos subutilizados en la lucha contra los desafíos agrícolas, especialmente en un contexto de cambio climático. A través de la Fundación Bill y Melinda Gates, Gates ha invertido en la investigación y desarrollo de cultivos como el fonio, que tienen la capacidad de crecer en condiciones adversas, como suelos pobres y escasez de agua.
El fonio, conocido por su rápida maduración y su simplicidad de cultivo, se ha ganado el interés de Gates por su potencial para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición global. Además de ser una fuente rica en nutrientes, el fonio destaca por su sabor agradable y su capacidad para crecer con poca intervención agrícola, lo que lo convierte en una opción viable incluso bajo condiciones climáticas extremas.
A pesar de su potencial, el fonio y otros millets han sido subutilizados debido a la falta de inversión en tecnología agrícola adecuada para su procesamiento. Sin embargo, con el aumento en la popularidad de granos como el teff y el mijo dedo, y los esfuerzos para aumentar su presencia en el mercado, este panorama está cambiando.
La resiliencia de los millets y su capacidad para mejorar la seguridad alimentaria mundial en tiempos de incertidumbre climática han capturado el interés de organizaciones como la Fundación Gates. Además, figuras como Pierre Thiam, un chef senegalés, han sido fundamentales en la promoción de estos granos africanos y en la creación de nuevas oportunidades para los agricultores africanos.
La reflexión de Gates sobre el fonio y otros cereales subutilizados no solo destaca su valor nutricional y ambiental, sino que también invita a repensar la forma en que abordamos la problemática global de la alimentación, enfocándonos en la sostenibilidad, la salud y la accesibilidad económica. Este enfoque holístico es crucial para garantizar un futuro alimentario seguro y sostenible para todos.