Descarga eléctrica: Tesla e IG Metall en lucha por el impresión del consejo. Crédito: Shutterstock, FooTToo
Tesla ha ido a toda marcha, acusando al sindicato más poderoso de Alemania, IG Metall, de intentar sitiar las operaciones en su gigafábrica de Berlín. La disputa estalló a posteriori de que IG Metall presentara una moción sumarial para destituir al principal del comité de empresa de la factoría, una medida que Tesla calificó como una toma de poder “desesperada”.
El líder del comité de empresa, en particular no miembro del sindicato, se encuentra ahora en la cuerda de fuego, ya que IG Metall cita supuestas violaciones de la carta gremial alemana. Pero Tesla no acepta carencia de eso y critica al sindicato por “sembrar malestar” en lo que, según afirma, son filas perfectamente felices en su planta de vehículos eléctricos de última vivientes.
La furia sindical se intensifica condiciones
Esta no es la primera vez que saltan chispas entre ambas partes. IG Metall se ha manifestado contra lo que describe como regular condiciones de trabajo en la factoría, la solo Planta de automóviles en Alemania no cubierta por un convenio salarial colectivo.
Pero Tesla respondió, insistiendo en que sus trabajadores disfrutan de beneficios iguales o mejores en comparación con los cubiertos por los acuerdos negociados por los sindicatos.
“Nuestra independencia y las consiguientes buenas condiciones de trabajo y puestos de trabajo seguros en nuestra planta son una fuente constante de molestia para el sindicato”, disparó Tesla en una confesión feroz.
Una batalla sindical con carga completo
La disputa en Berlín es sólo un frente en la lucha completo de Tesla contra los sindicatos. Al otro banda del charco en SueciaTesla está luchando con uñas y dientes para evitar firmar convenios colectivos y se ha manido arrastrada a los tribunales más de una vez.
Y en Estados Unidos, el gigantesco de los vehículos eléctricos de Elon Musk se enfrenta a un choque legítimo con acusaciones de tácticas antisindicales y prácticas laborales poco fiables. Aun así, la empresa niega sobrevenir actuado mal y señala repetidamente sus políticas favorables a los trabajadores.
¿Sin mayoría no hay problema?
A principios de este año, IG Metall intentó (y fracasó) conseguir una mayoría en el comité de empresa de Tesla en la planta de Gruenheide, consiguiendo sólo el 40% de los escaños. Desde entonces, el sindicato ha estado intensificando las acusaciones de “tácticas agresivas” y avivando las tensiones con denuncias de despidos injustificados.
Un representante sindical incluso fue expulsado del consejo en octubre, lo que avivó el fuego y amplió la brecha.
El resultado final
Está claro: Tesla e IG Metall están atrapados en un enfrentamiento de detención voltaje. Por ahora, las líneas de batalla están trazadas en la gigafábrica de Berlín, y ambas partes afirman que anteponen los intereses de los trabajadores.
Estén atentos: esta lucha por el poder está allí de terminar.
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