El panel dice que varias agencias federales no proporcionaron los documentos ni la información solicitados.
El intento de un posible nocivo contra la vida del presidente electo Donald Trump en un mitin de campaña en Butler, Pensilvania, fue posible gracias a “condiciones preexistentes y fallas de liderazgo” adentro del Servicio Secreto de Estados Unidos, según descubrió un clan de trabajo de la Cámara de Representantes.
El panel tuvo la tarea de investigar el tiroteo del 13 de julio y un segundo intento de homicidio contra Trump que tuvo punto el 15 de septiembre en su club de golf de West Palm Beach en Florida.
Si proporcionadamente el clan de trabajo dijo que recibió suficiente información para concluir que el primer incidente era “prevenible”, los legisladores señalaron en su mensaje final que varias agencias federales de aplicación de la ley, el Unidad de Seguridad Doméstico y el Servicio Secreto no presentaron los documentos solicitados relevantes para su consulta.
El Unidad de Rectitud, el FBI y la Oficina de Trinque, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) “proporcionaron una cooperación limitada en ciertas áreas de la investigación del Rama de Trabajo”, afirma el mensaje, que el panel publicó el 10 de diciembre.
Los legisladores señalaron que el FBI nunca les proporcionó un registro completo de pruebas ni puso a disposición testigos críticos para que testificaran sobre el tiroteo de julio. La oficina incluso se negó a contestar a repetidas solicitudes de prospección digitales de los dispositivos del tirador fallecido.
Mientras tanto, la ATF no ayudó con la investigación, dijeron los legisladores, párrafo de poner a dos empleados citados a disposición para atestiguar en el postrer minuto.
“La ATF incluso rechazó repetidas solicitudes de presentación de documentos y sólo a posteriori de que se emitieran citaciones previamente señaladas puso a disposición del Rama de Trabajo una producción de sólo 40 páginas”, afirma el mensaje. “Esto representó sólo una pequeña fracción de la información buscada por el Rama de Trabajo”.
Otras solicitudes pendientes incluyen documentos y comunicaciones sobre la identificación del tirador por parte del FBI y la honestidad de la campo del crimen, y toda la inteligencia sobre las amenazas que Trump enfrentaba en las fechas en las que fue atacado, entre otras.
La Gran Época se ha puesto en contacto con el Unidad de Rectitud, que alberga tanto al FBI como a la ATF, para solicitar comentarios.
‘Vulnerabilidades críticas’
Con respecto al incidente del 15 de septiembre, el panel encontró que la seguridad del campo de golf se vio afectada por “vulnerabilidades críticas” que eran conocidas tanto por el Servicio Secreto como por los fotógrafos de los medios. Según el mensaje, el Servicio Secreto había identificado previamente el punto a lo dilatado del perímetro del campo donde supuestamente se posicionó el sospechoso Ryan Wesley Routh como “una posición benévolo para posibles francotiradores”.
No obstante, el clan de trabajo concluyó que los acontecimientos que ocurrieron ese día demostraron “cómo las medidas de protección correctamente ejecutadas pueden frustrar un intento de homicidio”.
Un agente del Servicio Secreto que barría el campo vio el cañón de un rifle asomando entre el follaje y disparó en esa dirección, haciendo que el sospechoso huyera.
“La rápida respuesta del agente peculiar y la osadía de disparar su armas de fuego en la dirección de la amenaza impidieron que ocurriera un marco potencialmente venenoso o peligroso”, determinó el clan de trabajo.
En su mensaje final, los legisladores emitieron una serie de recomendaciones para evitar que tales fallas vuelvan a ocurrir. Esas sugerencias incluyeron implementar contravigilancia en todos los eventos al viento evadido, compartir inteligencia sobre amenazas con las autoridades pertinentes, revisar los protocolos de la agencia para barrer campos de golf y dominar el número de protegidos del Servicio Secreto, entre otras.