El euro ha mostrado una tendencia a la mengua frente al dólar estadounidense desde principios de año. La disminución puede atribuirse a la discrepancia en las trayectorias inflacionarias de la zona del euro y Estados Unidos, lo que sugiere una continuación de la depreciación del euro en relación con el dólar.
El euro, moneda oficial de 20 miembros de la Unión Europea, ha experimentado una importante devaluación frente al dólar estadounidense, cayendo aproximadamente un 2,2% desde principios de 2024.
A pesar de un flamante repunte beocio en el valencia del euro, el tipo de cambio entre las dos monedas, denominado EUR/USD, se ha mantenido en niveles históricamente bajos, rondando encajado por debajo de 1,08 al 14 de mayo.
Esta disminución de la fortaleza del euro puede atribuirse en gran medida a una pronunciada discrepancia en las políticas monetarias aplicadas por el Cárcel Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), lo que resultó en un diferencial ampliado de los rendimientos de sus bonos gubernamentales. De cara al futuro, parece que el euro puede seguir mostrando amor en el futuro previsible.
La trayectoria de la inflación diverge
La inflación en la zona del euro ha experimentado un retroceso persistente en 2024, y el IPC militar se enfrió hasta el 2,4% interanual en abril desde el 2,9% en enero, el nivel más bajo desde octubre de 2023. Cerca de memorar que la eurozona experimentó un pico en la inflación se situó en el 10,6% en octubre de 2022, un aumento atribuido a la resistente ascenso de los precios de la energía tras la atentado rusa contra Ucrania.
El BCE ha estado aumentando agresivamente sus tipos de interés para combatir la creciente inflación desde 2022. En las últimas reuniones consecutivas, el mesa central ha puesto fin a nuevas subidas de tipos.
En particular, el BCE adoptó una postura cada vez más moderada durante su reunión de política monetaria de abril, indicando que un recortadura de tipos en junio sería apropiado, especialmente a medida que la inflación tiende en torno a el nivel objetivo del 2%. La presidenta del BCE, Christine Lagarde Lagarde, enfatizó que la trayectoria de las tasas de interés en la zona del euro no debería necesariamente reverberar la de Estados Unidos, donde la inflación experimentó un resurgimiento este año.
Otro indicador financiero que podría arrostrar al BCE a iniciar un recortadura de tipos ayer es el estancamiento experimentado por la peculio de la eurozona en la segunda parte de 2023.
Europa necesita apoyo para hacer crecer su peculio
En el cuarto trimestre, el producto interno bruto (PIB) de la eurozona se expandió tan pronto como un 0,1%, evitando por poco una recesión económica. Las principales economías, incluidas Alemania, Francia, Italia y Francia, experimentaron períodos prolongados de encogimiento en sus actividades manufactureras. A pesar de las señales de recuperación, el continente necesita con impaciencia una política monetaria más acomodaticia para desear un apoyo crucial a su peculio.
En contraste con la situación en la zona del euro, Estados Unidos ha estado lidiando con elevadas tasas de inflación este año. El índice de precios al consumidor (IPC) militar del país subió al 3,5% en marzo, frente al 3,1% en enero.
La próxima publicación de datos de esta semana está citación a ser un barómetro crucial, con pronósticos de consenso que sugieren un veloz refrigeramiento al 3,4% en abril. Sin secuestro, esta signo sigue siendo superior a la observada en la zona del euro. En consecuencia, la Reserva Federal mantiene una postura relativamente dura en sus reuniones de política monetaria, reiterando una perspectiva de tasas “más altas por más tiempo”.
Por otro flanco, Estados Unidos ha experimentado una recuperación económica muy sólida desde la pandemia, y el crecimiento de su PIB superó en más de tres veces el de la eurozona, alcanzando el 3,4% en el postrero trimestre de 2023. A pesar de un veloz debilidad observado en la En el primer trimestre de 2024, el impulso financiero sigue siendo lo suficientemente sólido como para permitir a la Reserva Federal sostener tipos de interés más altos durante un período más prolongado en comparación con su homólogo, el BCE.
Un diferencial cada vez longevo entre los rendimientos de los bonos gubernamentales
La anticipación de que el BCE inicie recortaduras de tipos ayer de que la Reserva Federal actúe ha llevado a un aumento de los diferenciales de los bonos entre las dos deudas gubernamentales. Esto sugiere que los operadores de bonos prevén un aumento más rápido de los precios de los bonos en la eurozona en comparación con sus homólogos en Estados Unidos, dada la relación inversa entre los precios de los bonos y los rendimientos de los bonos. Los informes del Financial Times indican que importantes instituciones financieras como Pimco y JPMorgan Asset Management han aumentado su exposición a los bonos gubernamentales europeos en respuesta a estas expectativas.
Tradicionalmente, la moneda de un país tiende a exhibir una correlación positiva con los rendimientos de sus bonos gubernamentales. Esta relación surge del hecho de que los rendimientos más altos de los bonos suelen indicar un resistente impulso de crecimiento financiero, lo que lleva a una longevo demanda de la moneda del país a medida que los inversores buscan preservar el valencia. Este aberración se ha observado constantemente con el dólar estadounidense durante cada ciclo de subida de tipos de la Reserva Federal (Fed).
Las diferencias en los tipos de interés pueden fomentar el carry trade
Encima, las tasas de política elevadas todavía resultan en tasas de depósito más altas para la moneda, fomentando un entorno inclinado para las operaciones de carry trade de divisas. Esta organización implica pedir prestado de una moneda con un tipo de interés más bajo para volver en otra con un tipo de interés más parada, con el objetivo de beneficiarse del diferencial de tipos de interés.
Actualmente, el tipo de depósito a un día del Cárcel Central Europeo (BCE) se sitúa en el 4%, mientras que el tipo de la Reserva Federal oscila entre el 5,25% y el 5,5%. El considerable diferencial entre las tasas de endeudamiento interbancario incentiva a los inversores a conservar la moneda que ofrece la tasa más incorporación mientras venden la moneda con tasas más bajas.
En consecuencia, esta dinámica contribuye al fortalecimiento del dólar estadounidense y al debilidad del euro.