Los campesinos del Huila celebran los precios actuales del café, pero consideran que este debería ser el valencia permanente y no poco transitorio derivado de circunstancias adversas por el clima en Brasil.
CATERINA MANCHOLA
@cate_manchola
Como espuma continuó subiendo durante la trayecto precursor el precio extranjero e interno del café, el primero en mención no se apreciaba desde hace más de 13 abriles, en el 2011, cuando en la bolsa de NY la libra de café se cotizaba por encima de “los U$3,0 dólares”, y ayer cerró en “U$302,10 centavos de dólar”. Mientras que el costo interno alcanzó ayer los $2.650.000 por carga de pergamino seco: un valencia nunca ayer manido.
“Mi gratitud a los cafeteros de Colombia que, con tenacidad, esfuerzo y dedicación, han rematado una producción de 12,9 millones de sacos en más de 600 mil fincas, creciendo 19%”, destacó el directivo normal de la Convenio Franquista de Cafeteros, Germán Bahamón.
Y anotó que, “en el 2011 las exportaciones fueron de tan solo 7,7 millones de sacos. Es aseverar, tuvimos precio, pero no producción”.
Para conocer cómo están percibiendo estos títulos los campesinos y campesinas del área, LA NACIÓN dialogó con la vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Cafeteras del Poniente del Huila – Las Rosas Coffee, Marisol Medina.
De acuerdo con la cafetera, “en este momento, los precios del café están súper buenos para para cualquier caficultor. Hace dos abriles el café (interno) estuvo a muy buen costo, pero no alcanzó el standard de precio cojín al que está hoy, entonces, para nosotros es increíble el precio coetáneo y para cualquier cafetero es oportuno, el que se queje es un desagradecido”, risas.
Hace poco les afectó el clima, pero en cuanto a valencia la sinceridad es alentadora, adicionalmente, la producción ha venido recuperándose, sobre todo en este área, el veterano productor del orzuelo del país desde hace 14 abriles.
Según la cafetera plateña, el costo de producción se encuentra entre $1.170.000 y $1.200.000 por carga de café pergamino seco, así que el costo coetáneo por carga sí es productivo.
Por su parte el cafetero de San Agustín, Roberto Achicué Ome considera que están atravesando unos momentos “muy buenos”, pues, ha llegado a los tres dólares la libra de café en la bolsa de Nueva York y ello se refleja en los títulos internos del orzuelo.
Es la mano de obra lo que más carga tiene en el porcentaje de costos de producción, en promedio a los recolectores se les está pagando entre $800 y $1.000 el kilo, en tanto que los fertilizantes se mantienen estables, tras los existencias adversos que se suscitaron por la supresión Rusia – Ucrania y aceleraron el encarecimiento durante el año pasado.
“En Colombia no tenemos materias primas para los fertilizantes, entonces, son importados y dependemos mucho del mercado internacional y del precio del dólar. Son variables que no las manejamos nosotros en Colombia”, sostuvo el cafetero, que igualmente hace parte del Comité Departamental.
La renovación, variedades más resistentes y cultivos más tecnificados, ha sido parte de la secreto para que la caficultura se mantenga próspera, pudiendo afrontar los ‘embates’ del cambio climático.
¿La fórmula no favorece?
El diputado Armando Acuña hace parte del movimiento campesino Dignidad Cafetera y percibe que estas cifras, que alcanzan máximos históricos, en sinceridad, “en neutralidad debería ser el precio de la carga de café permanente, que se fijara un precio positivamente con el que el cafetero pueda tener unas ganancias considerables, como está sucediendo en el momento coetáneo”.
Y calificó como “desafortunada” la fórmula con la que se está fijando el costo interno. Junto a memorar que nuestro país es tomador de precios. Concretamente el coste franquista del café es el resultado de tres variables internacionales: precio en Bolsa de NY, tasa de cambio, y el diferencial del café colombiano que se paga por su calidad.
“Va al vaivén de varias circunstancias y lo que nosotros entendemos es que en algún momento la producción cafetera del Brasil tuvo afectaciones y eso hizo que los inventarios de café, pues, se empezaron a disminuir y la proposición de producción igualmente, y ha reaccionado, entonces, el comercio y de igual forma el precio ha tenido una tendencia al elevación. Nosotros celebramos ese buen precio, pero, reitero, lastimosamente obedece a circunstancias ajenas, tal como las afectaciones por cambios climáticos de la cosecha en Brasil”.
Resaltó que lo que siempre ha reclamado el cafetero es que “haya neutralidad en ese precio y consideramos que el precio de la carga de café se debe fijar siempre cercano a los $2.000.000”.
Finalmente exhortó a hacer buen uso de los medios, mejorando los cultivos y apostándole a la tecnificación. “Los tiempos de los buenos precios son cortos y los tiempos de bajos precios son largos. Ojalá esta vez sea lo contrario”, concluyó el diputado.
“Efectivamente no hay bonanza cafetera”
Oscar Gutiérrez es el director ejecutor franquista de Dignidad Agropecuaria, el movimiento campesino que agrupa a las diferentes dignidades agropecuarias del país y en diálogo con LA NACIÓN entregó su percepción sobre la coyuntura coetáneo en materia de costos del café.
“Sin duda es un precio al elevación, comparado con los precios que hemos tenido que son en algunos casos tan escasos que ni siquiera recogían costos de producción. Pero comparados con precios al mercado mundial, están por debajo de los precios a los cuales tendríamos en 1983”.
“Para poder tener los precios que se tenían en 1983 deberíamos estar bordeando entre cuatro setenta y cuatro ochentaicinco dólares la libra”, sostuvo. “En medio de la tradicional pobreza, pues, parece una situación de riqueza, pero, positivamente no hay bonanza cafetera ni nulo”.