Millonarias pérdidas por robo ‘hormiga’ en supermercados

Durante el 2023, los supermercados del país perdieron cerca de $144 mil millones solamente por concepto de robos (internos y externos). Según Fenalco, el consumo de alimentos en el interior de las tiendas les cuesta a los almacenes de sujeción la suma de $11 mil millones al año. Las tiendas de suburbio no se salvan.

Johan Eduardo Rojas López
johan.rojas@lanacion.com.co

La Unión Franquista de Comerciantes, Fenalco, en el entorno de una nueva traducción de Embarcación, que se desarrolla en Cartagena, reveló los resultados del Censo Franquista de Mermas, que realiza la firma consultora We Team, con el apoyo de Sensormatic, en el que se remisión que durante el año 2023 los supermercados del país perdieron cerca de $144 mil millones solamente por concepto de robos (internos y externos) de la merma operativa total, “que alcanza los $740 mil millones”.

Lo antedicho contabiliza las pérdidas por desperdicio de los productos, averías, vencimientos y errores administrativos, entre otros, según la estructura que agremia a los comerciantes, quien incluso aseguró que el año antedicho el 19% de la pérdida en almacenes obedeció a la modalidad de robo.

Dificultad para controlar

Jaime Alberto Justo Sanclemente, presidente de Fenalco, señaló que $41.278.050.811 corresponden a robos cometidos por funcionarios o empleados y $102.649.274.039 pertenecen a robo foráneo. “En las dos categorías operan bandas organizadas y se vuelven cada vez más sofisticadas en sus operaciones. Por otro costado, el porcentaje de efectividad en las judicializaciones es muy mengua (56% en ciudades principales y sólo un 28% en ciudades intermedias); por lo que son más difíciles de controlar”, sostuvo.

Estas estarían empleando modalidades de hurto cada vez más sofisticadas como: la sustracción de mercancías en bolsas de aluminio, embalar mercancías en bolsa plástica del almacén, tiquetes falsos y cambio en el código de las mercancías.

¿Cachete tras choque?

Para los comerciantes, lumbre poderosamente la atención que el consumo de alimentos en el interior de las tiendas, -práctica que muchos compradores y empleados acostumbran-, les cuesta a los almacenes de sujeción la suma de $11 mil millones al año.

“A la difícil situación del sector que ha venido experimentando desde el año pasado una marcada caída en las ventas, se suma este flagelo que crece cada vez más en el país. Debemos confesar que en presencia de este panorama el retail hace su mejor esfuerzo para auxiliar su rentabilidad”, concluyó Justo Sanclemente.

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Por su parte, Silvia Cuéllar, directora ejecutiva en Fenalco seccional Huila, expresó que, en emoción, el sección del Huila y su haber Neiva, no son ajenos a esta circunstancia, y por tal motivo, hizo un llamado a las autoridades a estar mucho más pendientes del comercio en normal que “es el que genera una dinámica importante en el empleo y peculio de la región”.

Tiendas de barrios en Neiva además se ven perjudicadas

Luis Gabriel Marín, representante reglamentario de la cooperativa de tenderos y emprendedores de Neiva, Coomultiendas, manifestó que, aunque las pérdidas de los tenderos de barrios son de último cuantía, la situación resulta más dificultoso, habida cuenta que prácticamente están “desamparados”.

Y es que reconoció que, aunque sus pérdidas no se incluyen en el documentación aquí citado, oportuno a que el mismo solo recoge a los comerciantes “de las grandes superficies”, dejó claro que las tiendas de suburbio de Neiva además sufren por este flagelo que les puede dejar ‘huecos’ de aproximadamente $100 mil y $200 mil. La situación se agudiza dependiendo de la ubicación geográfica en donde se encuentren.

“Nosotros además nos hemos gastado afectados; se llevan dulces, desodorantes, paquetes de papas, libras de arroz y cosas así. El problema que nos afecta cada día más es el de la indigencia que pasa y sin maduro reparo se lleva lo que quiere. Y lo peor es que hemos gastado que estas personas no se pueden judicializar, ni se les da el trato que debería solo porque son productos de último cuantía”, indicó Marín.

El representante reglamentario de Coomultiendas agregó que lo que se roban es lo que a los tenderos podría quedarles de beneficio, al tratarse de “pequeñas superficies”, entre otras cosas, porque no cuentan con amplios inventarios, ni seguridad y mucho menos los seguros contra hurto que tienen las grandes cadenas para evitar pérdidas.

“Nosotros no podemos remunerar seguros y todo se maneja con ‘las uñas’, entonces a veces uno ni se da cuenta, hasta tiempo posteriormente cuando se ve descuadrado y mira las cámaras, si las hay”, contó.

Productos más robados

Los chocolates/dulces; productos cárnicos/carnes frías; abarrotes; artículos de aseo personal; licores; atún/enlatados; leches; artículos digitales (electro); droguería y gaseosas  son los productos más hurtados en los diversos supermercados del país.

“Los artículos más afectados suelen ser aquellos que representan un último aventura para la delincuencia por su esquema de protección. La preferencia en estos artículos es constante en la medida que tengan demanda, ya sea para consumo o reventa”, dijo el presidente de Fenalco.

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