En agosto se diagnosticó peste porcina a una cerda de una predio al sur de Milán. En una semana, las 6.200 cerdas, lechones y cerdos habían sido sacrificados bajo estrictos protocolos para evitar que la enfermedad se propagara aún más.
La industria porcina es un pilar esencia de la pertenencias italiana, y los preciados prosciutto, bacón, speck y guanciale están en aventura. Desde que la peste porcina reapareció por primera vez en la península en enero de 2022, Italia ha exterminado 120.000 cerdos, tres cuartas partes de los cuales solo en los últimos dos meses a medida que se intensifica la emergencia. A pesar de que se han cumplido todas las medidas reglamentarias de seguridad, la peste porcina ha vuelto a Italia, poniendo en peligro las economías y los medios de vida locales.
Lombardía, en el finalidad de la península, ha sido la más afectada hasta ahora, con 4.500 kilómetros cuadrados afectados y ahora esencialmente bloqueados, incluidos los vecinos Piamonte y Emilia Romagna, famosos por su anca de Parma.
La peste porcina podría provocar la pérdida de 100.000 puestos de trabajo
La enfermedad no afecta a los humanos, pero amenaza la vida de los cerdos domésticos. Se estima que 100.000 puestos de trabajo están en aventura, 26.000 granjas podrían cerrarse y un total de 8,1 millones de cerdos podrían sacrificarse para contener la enfermedad.
Las provincias más afectadas hasta ahora han sido Pavía, con 13.000 casos, Lodi, con más de 10.000, y Milán, zona cero de este brote, con 616 casos registrados y muchos más descartados como medida de precaución.
La peste porcina africana se transmite a través del contacto directo o indirecto con alimentos para cerdos infectados. La velocidad de expansión de esta avalancha sugiere un denominador global que vincula a las explotaciones agrícolas del finalidad de Italia.