Fotografía de un tren que pasa por una zona pintoresca. Crédito de la foto: Shutterstock
La empresa ferroviaria alemana Stadler Carril no es ajena a la innovación y continúa realizando avances revolucionarios en la industria ferroviaria.
A principios de este año, la empresa batió un récord Guinness al crear con éxito el primer tren del mundo propulsado íntegramente por hidrógeno. Desde entonces, durante los meses siguientes, Stadler ha seguido desarrollando una flota completa de vagones de tren propulsados por hidrógeno o baterías diseñados para ser utilizados en servicios ferroviarios secundarios.
La empresa ganó prestigio originalmente por su icónico Stadler RS1 Railbus, que fue un éxito instantáneo cuando llegó a las vías del tren en 1996. Una estética única, combinada con el hecho de que fue uno de los trenes originales diseñados para funcionar con diésel o biodiésel (fabricado a partir de unto de colza), dio como resultado que el RS1 se usara ampliamente tanto en Alemania como en Chequia. Actualmente hay más o menos de 500 de este maniquí en particular en circulación, sin requisa, inevitablemente estos trenes más antiguos están comenzando a mostrar signos de desgaste.
Compendiar la huella de carbono de los viajes en tren
En consecuencia, Stadler Carril decidió investigar métodos aún más modernos y así nació el RS Zero, el primer tren que puede funcionar con electricidad o hidrógeno y no emite CO2. El RS Zero ha sido diseñado para ser raudo y, por lo tanto, adecuado para líneas ferroviarias más pequeñas, que se conectan con el sistema ferroviario más amplio. Legado que el 38% de las líneas ferroviarias de Alemania aún no están adaptadas para trenes eléctricos, el RS Zero, cuando funcione con hidrógeno, será un activo valioso para los viajes en tren. Los trenes alimentados por baterías además pueden conectarse a cables aéreos para obtener energía, lo que lo convierte en un activo adaptable para la industria ferroviaria.