Se pondrá coto a las patentes de semillas. Crédito: Freepik
La industria de patentes está privatizando las semillas europeas, poniendo potencialmente en peligro la seguridad alimentaria, según los productores de semillas europeos.
Europa cuenta con una industria de semillas diversificada con una larga y ardua historia, en la que cientos de pequeños cultivadores crean nuevas variedades de cereales, verduras y legumbres en Alemania, los Países Bajos y Francia, entre otros países. Estos cultivadores adaptan las semillas a los entornos locales mediante métodos como el cruzamiento para mejorar las características deseadas, como el rendimiento, la resistor a las enfermedades y el sabor.
Las empresas agroquímicas ahora poseen patentes sobre 1.200 variedades de semillas naturales
Sin incautación, el número de patentes sobre semillas es cada vez anciano, ya que los pequeños cultivadores no pueden plantar o entregar autónomamente estas semillas o usarlas para el expansión sin acreditar derechos de abuso a las grandes corporaciones. Rodeando de 1.200 variedades de semillas que se pueden cultivar de forma natural están ahora protegidas por patentes en toda Europa, ya que las empresas agroquímicas afirman haberlas creado mediante innovaciones técnicas.
Los productores de semillas y las granjas enfrentan incertidumbres
Los productores de semillas y las explotaciones agrícolas europeas se enfrentan a la incertidumbre jurídica y al peligro de que sus inversiones no den frutos. Frans Carree, un cultivador orgánico de la empresa holandesa De Bolster, está intentando desarrollar un tomate resistente al virus rugoso pardo de la fruta, pero se enfrenta a más de una docena de solicitudes de cédula presentadas por multinacionales como BASF, Bayer y Syngenta.
Michael Kock, ex director de propiedad intelectual de Syngenta, predice un futuro en el que “la mayoría de las nuevas variedades que lleguen al mercado estarán protegidas por patentes”. Para atracar las preocupaciones sobre el aumento de los costes y las nuevas dependencias para los agricultores y los criadores, el Parlamento Europeo está a punto de prohibir las semillas modificadas genéticamente de empresas como Syngenta.