Se retrasa nuevamente la apertura de los polémicos centros de inmigrantes italianos

Los eurodiputados alineados con el Gobierno han defendido el plan de detener a los inmigrantes que llegan en Albania en oficio de en Italia, una medida que las ONG han calificado de “cruel”.

La construcción de dos centros de admisión de inmigrantes italianos en Albania, cuya tolerancia estaba prevista inicialmente en mayo pasado, todavía está en marcha, sin una momento de tolerancia clara a la aspecto; y con la primera ministra Giorgia Meloni anunciando ahora otro aplazamiento, es poco probable que los controvertidos centros abran antiguamente de finales de este año.

Los centros forman parte de un acuerdo de cinco abriles en virtud del cual Albania se ha comprometido a tener instalaciones de admisión de inmigrantes financiadas y gestionadas por las autoridades italianas.

El eurodiputado de Forza Italia Flavio Tosi explicó a Euronews que “la tolerancia debería tener oficio a finales de año, respetando ciertos plazos de construcción y burocracia”. Aunque reconoce que los costes iniciales de los centros son considerables, de varios millones de euros, el coste verdadero de la inmigración ilegal incluye las medidas de prevención y el uso de la Escolta Costera.

“Los inmigrantes en Italia cuestan en torno a de 1.000 euros al mes, por lo que el precio a fertilizar para desobstruir estas instalaciones es irrelevante en comparación con el coste universal de diligenciar la migración en su conjunto”, dijo.

El polémico plan italo-albanés ha enfrentado importantes críticas, pero el gobierno italiano insiste en que es una medida necesaria para frenar la inmigración ilegal y aliviar la presión sobre los centros de admisión italianos existentes.

Según el acuerdo, Albania acogerá hasta 36.000 solicitantes de orfanato cada año en nombre de Italia, mientras que las autoridades italianas examinarán sus casos para determinar su elegibilidad para la repatriación.

Algunas organizaciones y partidos de la concurso sostienen que el plan viola los derechos humanos básicos. Riccardo Noury, portavoz de Condonación Internacional Italia, dijo que su ordenamiento tiene serias preocupaciones sobre el propio plan y la tendencia europea común a trasladar la responsabilidad de procesar las solicitudes de los inmigrantes.

“Estamos muy preocupados por la externalización de las políticas migratorias y por cómo se están implementando”, dijo a Euronews. “El plan parece implicar la detención cibernética de migrantes durante largos períodos, lo que viola el derecho internacional.

“La mayoría de estas personas serán clasificadas como no elegibles para protección internacional y serán enviadas de regreso a sus países. Este acuerdo es cruel y tiene como objetivo desalentar a los migrantes violando sus derechos”.

En respuesta a estas preocupaciones, Tosi afirmó que el proceso de adhesión de Albania a la UE garantiza el respeto de los derechos humanos y destacó la importancia de robustecer las relaciones con algunos de los países de salida, en particular en África.

La opción de externalización

La externalización de los procedimientos de orfanato está ganando demarcación entre los Estados miembros de la UE. Francesco Cherubini, profesor de Derecho de la UE en la Universidad Luiss, explicó que estas políticas empezaron a cobrar fuerza con la crisis de 2015 en el Mediterráneo.

“La externalización de las políticas migratorias es un maniquí que ha convencido a varios Estados miembros por sus numerosas ventajas”, explica a Euronews. “Es muy eficaz porque evita que los migrantes queden directamente bajo la autoridad del país europeo de arribada final, lo que implica el respeto de derechos fundamentales que podrían programar problemas de consenso político”.

Cherubini todavía señaló que este enfoque tiene al menos dos problemas importantes.

“El primero es que entregamos al migrante a un país como Libia o Turquía, donde se plantean problemas en lo que respecta a sus derechos humanos”, explicó. “El otro es el coste que implica la aplicación de estas políticas”.

A pesar de las controversias, el “maniquí italiano” ha despertado interés en otros países. Cherubini señala que antiguamente de Italia, “Gran Bretaña hizo poco similar con Ruanda. Hay diferencias entre los dos casos, pero en entreambos el nivel de cooperación con el tercer país es significativo”.

Sin retención, la política del Reino Unido en Ruanda se enfrentó a importantes obstáculos en los tribunales nacionales y sólo un puñado de personas fueron enviadas al país africano de forma voluntaria. El fresco cambio de gobierno en Londres ha hecho que el plan se rechazo por completo.

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