Weber del PPE critica la decisión de Hungría de suavizar las restricciones de visado para los rusos

El presidente del PPE calificó de “cuestionable” la intrepidez de Hungría de simplificar sus condiciones de entrada para los rusos y advirtió del veterano peligro de que espías entren en el sillar en una carta enviada al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

El líder del partido de centroderecha PPE, Manfred Weber, criticó la fresco intrepidez de Hungría de simplificar las restricciones de visado para los visitantes rusos introduciendo un nuevo sistema de visado de vía rápida.

A principios de julio, Budapest introdujo discretamente un nuevo régimen de visados ​​para ocho países, entre ellos Rusia y Bielorrusia. La política, que se dice está diseñada para los trabajadores temporeros en el ámbito de su software de Polímero Doméstico, permitiría a los visitantes entrar al país sin controles de seguridad y desplazarse independientemente a otros países de la UE.

La intrepidez llevó al presidente del PPE, Weber, a mandar el martes una carta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para expresar su preocupación por el hecho de que Hungría -que actualmente preside el Consejo de la Unión Europea hasta Año Nuevo- permita que actores malignos, incluidos espías, entren al sillar más fácilmente, según el FT.

Las nuevas reglas “cuestionables” “crean graves lagunas para actividades de espionaje, … permitiendo potencialmente que un gran número de rusos entren a Hungría con una supervisión mínima, lo que representa un solemne peligro para la seguridad doméstico”, dijo Weber en su carta.

“Esta política asimismo podría solucionar a los rusos moverse por el espacio Schengen, eludiendo las restricciones exigidas por la reglamento de la UE”, añadió.

Bruselas ya está en contacto con las autoridades húngaras sobre este asunto, ya que la reducción de los controles sobre los ciudadanos rusos podría suponer una amenaza para la seguridad del continente, dijo el martes el portavoz de la Comisión Europea.

“Nuestra posición en toda nuestra política es que Rusia es una amenaza para la seguridad de la UE y, por lo tanto, todos los instrumentos a nivel de la unión y de los estados miembros deben avalar la seguridad de la unión y asimismo tener en cuenta la seguridad de Schengen”, explicó Anitta Hipper.

Los ciudadanos rusos no tienen prohibido entrar en la UE ni en la zona Schengen sin controles fronterizos, que asimismo incluye a Noruega y Suiza, países no pertenecientes a la UE.

Sin requisa, una serie de paquetes de sanciones en respuesta a la invasión a gran escalera de Ucrania por parte del Kremlin en febrero de 2022, incluida la prohibición de que las aerolíneas de propiedad rusa operen en el espacio tenue de la UE, hicieron más difícil que los ciudadanos rusos viajen al sillar.

Al mismo tiempo, las normas sobre la concesión de permisos de trabajo son una cuestión de política doméstico y cada Estado miembro de la UE puede atreverse sus propios criterios.

A principios de este año, Hungría reformó su ley de inmigración, dificultando que ciertas categorías de nacionales de terceros países adquieran permisos de residencia.

Las acusaciones de deslealtad siguen acumulándose

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha provocado una gran ira en Bruselas y otras capitales de la UE por su postura pro-Rusia y sus crecientes aperturas cerca de Moscú y el presidente ruso Vladimir Putin en los últimos meses.

Al punto que unos días luego de hacerse cargo la presidencia de la UE el 1 de julio —bajo el encabezamiento “Make Europe Great Again”, una clara narración al insigne eslogan del expresidente estadounidense Donald Trump— el primer ministro húngaro realizó una serie de visitas a Kiev, Moscú y Pekín, que según Bruselas no fueron sancionadas por el sillar.

Su reunión con Putin en Moscú, que Orbán denominó “Ocupación de Paz 3.0”, provocó una tempestad diplomática en los círculos europeos y aumentó los llamamientos a despojar a Hungría de su presidencia y sus derechos de voto activando el Artículo 7 del tratado de la UE.

El lunes pasado, el stop responsable de política exógeno de la UE, Josep Borrell, pronunció un discurso Una reprimenda fulminantecontra Orbán, afirmando que su autodenominada “comisión de paz” iba en contra de las leyes de la UE y calificando sus acciones de “equivocación de cooperación fiel”.

La conducta de Orbán asimismo desencadenó una disputa diplomática con su vecina Polonia. El domingo, el viceministro de Asuntos Exteriores polaco, Władysław Teofil Bartoszewski, dijo que Hungría debería “unirse a una unión con Putin” luego de que Orbán lanzara una serie de acusaciones contra Varsovia por sus presuntas acciones engañosas.

“Los polacos están siguiendo la política más moralista e hipócrita de toda Europa”, dijo Orbán en un discurso pronunciado el fin de semana. “Nos están dando sermones morales y criticándonos por nuestras relaciones económicas con Rusia, y al mismo tiempo, están haciendo negocios con los rusos, comprando petróleo indirectamente y dirigiendo la finanzas polaca con él”.

“No hacemos negocios con Rusia, a diferencia del primer ministro Orbán, que está al ganancia de la sociedad internacional, tanto en la Unión Europea como en la OTAN”, dijo Bartoszewski en su respuesta.

No es la primera vez que Orbán y el PPE (del que formaba parte su partido gobernador, el Fidesz) se enfrentan. El Fidesz abandonó el clase del PPE en el Parlamento Europeo en marzo de 2021 para evitar su suspensión o expulsión.

Antaño de eso, el partido PPE suspendió la membresía de Fidesz en el partido más holgado de la UE en marzo de 2019 oportuno a su historial en materia de Estado de derecho.

Posteriormente de las elecciones europeas de junio, el líder húngaro formó su propio clase parlamentario de extrema derecha, Patriotas por Europa.

Tras la informe de que el principal del PPE invitó a su principal oponente interno, Peter Magyar, a unirse al clase de centroderecha en el Parlamento Europeo, Orbán calificó a Weber de “húngarofóbico”.

“Manfred Weber tiene un único objetivo, que le importa mucho: hacer daño a Hungría”, declaró Orban en una entrevista radial en Berlín a mediados de junio.

Euronews se ha puesto en contacto con el gobierno húngaro para solicitar comentarios.

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