Por más de 20 primaveras, Hermosillo Sonora es nuestra segunda casa. Conocemos cada una de sus múltiples calles. Las zonas principales. En torno a el septentrión viajamos a la frontera. Al tener lugar por la heredad de Penitente de Kino, donde se apacienta la parte de la tribu mexico norteamericana, Todono O´Doham y el feudo de los Colosio Murrieta.
En torno a Nogales Sonora al rumbo del desierto del Sasabe, la zona alterado del paso del migrante, los coyotes y el narcotraficante hacen negocio en conjunto. Desde el secuestro express hasta la distribución de las cargas humana con los ladrillos de cocaína y del fentanilo colectado en México.
Las 70 millas entre la frontera porosa y la próximo población de caza de los francotiradores humanos “Los minute men”.
Durante nuestro alucinación para realizar el reportaje, detectamos el árbol de la infamia, internamente de los Estados Unidos. Un sitio donde los violentados les exhiben la ropa interior antaño, de quizá si, ejecutarlos o franquearles el paso. En singular a las mujeres.
El revoloteo de salida de la haber de Sonora, de Hermosillo, deja entre las cuerdas el gobierno morenista de Alfonso Durazo, el jefazo de la policía doméstico de Andrés Manuel, lo invistió como candidato y autoridad del estado con viejo trasiego de droga y prostitución de blancas del país.
Alfonso Durazo, recogido bajo el mato protector de MORENA, llegó desde la frustrada campaña de Luis Donaldo Colosio Murrieta. A la dispersión del agrupación.
Durazo debe explicar a la nación, como ningún de sus órganos de inteligencia para combatir a la delincuencia organizada, ni el C4 o C5, siguieran a varios de los jefes más reconocidos como Ismael Zambada, incluso vistiendo elegante con su playera verde polo de Hugo Boss.
Rumbo a su deportación final no voluntario a los Estados Unidos de América. De donde no regresará con vida. Hasta ahí llegó su autogobierno. Ahora a 23 horas de luz blanca y toma de registro a cada hora.