Por Maria Koomen, directora de gobernanza de tecnologías emergentes, Raegan MacDonald, investigadora principal del ICFG
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no representan de ninguna forma la posición editorial de Euronews.
La UE y sus estados miembros deben estar preparados para aplicar las leyes con firmeza, incluso contra poderosas empresas tecnológicas. Pero la independencia regulatoria es más obvio de opinar que de hacer, escriben Maria Koomen y Raegan MacDonald.
En la última decenio, la Unión Europea se ha consolidado como pionera en la política tecnológica mundial, promulgando leyes innovadoras como el Reglamento Militar de Protección de Datos, la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Inteligencia Sintético.
Estas regulaciones están diseñadas para fomentar la innovación, asegurar mercados justos y defender los principios democráticos.
Sin bloqueo, el definitivo valencia de estas leyes reside en su aplicación efectiva: si se quedan en meros montones de palabras en una página, son inútiles para los europeos.
Si adecuadamente durante mucho tiempo se ha pasado por parada y no se ha valorado mucho este tema, estamos viendo que las actitudes en torno a él están cambiando en tiempo vivo.
En vísperas de las elecciones europeas, se habló mucho de que el próximo mandato de la Comisión se centraría en la aplicación y el cumplimiento de las normas, en punto de en la proliferación de nuevas políticas. Como se expresaba en un boceto del documento del Consejo de la UE a principios de este año, “se debería dar prioridad a la aplicación de las normas ya adoptadas frente a la creación de nuevas leyes”.
Pero tales intenciones no serán suficientes sin compromisos reales en Bruselas y en las capitales.
Para alcanzar una aplicación eficaz de las leyes, la UE debe adoptar enfoques innovadores que garanticen que no sólo se promulguen las leyes, sino que asimismo se cumplan activamente. Hay cuatro áreas secreto —políticas, procedimientos, personas y política— en las que un enfoque decisivo puede mejorar la aplicación de las leyes.
Hazlo claro y viable
Para que la aplicación de las leyes sea eficaz, es esencial contar con leyes claras, viables y adaptables. Los legisladores deben evitar las ambigüedades siempre que sea posible, pero al mismo tiempo no deben ser demasiado prescriptivos para que los textos legales sean a prueba de futuro.
Por ejemplo, las especificaciones técnicas de la Ley de IA se están adaptando a estándares y códigos de experiencia para seguir siendo relevantes en un panorama que cambia rápidamente.
La colaboración con la sociedad civil y expertos independientes puede ayudar asimismo a elaborar directrices claras para interpretar y hacer cumplir las leyes, garantizando que sigan siendo pertinentes a medida que la tecnología evoluciona con el tiempo.
Por otra parte, una equívoco secreto compartida por dos nuevas leyes –la DSA y la Ley AI– es el requisito de realizar evaluaciones de impacto, que incluyen riesgos para los derechos humanos, que las empresas, los auditores y las autoridades tendrán que afrontar pronto sin una orientación clara.
La Comisión y los Estados miembros deberían profundizar la colaboración con la sociedad civil para establecer directrices claras para evaluaciones de impacto sólidas y significativas, basándose en debates similares en torno a la Ley Europea de Familiaridad de Prensa.
Una aplicación eficaz requiere reguladores con capital suficientes y con la experiencia técnica necesaria para supervisar tareas tecnológicas, políticas y legales complejas.
La UE debería equilibrar las inversiones en innovación con la financiación de los organismos de control: no pespunte con unos reguladores con capital insuficientes. Certificar que los reguladores tengan las competencias y los capital necesarios ayudará a evitar posibles carencias de personal especializado y a mejorar el cumplimiento normativo.
Por ejemplo, a nivel franquista, los Estados miembros de la UE deben prestar atención a las quejas de las autoridades de protección de datos sobre capital inadecuados, aumentando los capital financieros, humanos y técnicos para las autoridades supervisoras en todo el espectro de políticas tecnológicas y de datos de la UE.
En todo el departamento de la UE, la Comisión y los Estados miembros deben resumir las barreras a las operaciones conjuntas para fomentar una mejor coordinación y pegar las capacidades de aplicación de la legislatura en toda la UE. A nivel de la UE, la creación de una agencia independiente y dedicada a la aplicación de la legislatura digital podría centralizar los conocimientos especializados y mejorar la cohesión regulatoria.
No podemos entregarse en manos en aquellos que carecen de capital.
Pero no podemos poner todos los huevos en una sola canasta. Descentralizar las responsabilidades de cumplimiento asimismo puede aliviar los cuellos de botella y mejorar la poder.
La billete de la sociedad civil, el mundo normativo y otros profesionales en el seguimiento y la supervisión puede mejorar la aplicación de la ley; ya lo estamos viendo con la implementación de la DSA, incluida la billete de la sociedad civil, que puede mejorar la rendición de cuentas y distribuir la “carga de la aplicación de la ley”.
Sin bloqueo, es esencial proporcionar capital y una compensación adecuados a estos contribuyentes para evitar una dependencia excesiva de sectores que carecen de capital.
La transparencia y la supervisión pública asimismo son fundamentales. Los gobiernos deberían adoptar procedimientos como registros obligatorios de algoritmos, publicación de evaluaciones de impacto y puesta a disposición de los investigadores de los datos.
Estas medidas pueden fomentar una billete pública más amplia y asegurar que la aplicación de la ley sea transparente y responsable.
Por ejemplo, para ayudar a evitar las limitaciones de capacidad que enfrenta la implementación y el cumplimiento de la Ley de IA en particular, la Oficina de IA puede resquilar y priorizar el financiamiento para el cumplimiento en función de las tendencias computacionales y trabajar en estrecha colaboración con el mundo normativo y la sociedad civil para ayudar a dar forma a los códigos de experiencia o desarrollar metodologías y puntos de relato en consecuencia.
Es hora de advenir de la política a la existencia
Una aplicación eficaz de la ley debe resistir las presiones políticas y económicas. La independencia de los reguladores es vivo para resistir la influencia corporativa y defender los principios democráticos.
La UE y sus Estados miembros deben estar preparados para aplicar las leyes con firmeza, incluso contra las poderosas empresas tecnológicas. Esta resiliencia podría servir para reanimar la credibilidad de las regulaciones y afirmar el poder dócil regulatorio de la UE en el escena integral.
Pero la independencia regulatoria es más obvio de opinar que de hacer. El crónica de 2024 de la Agencia de Derechos Fundamentales sobre el RGPD en la experiencia reveló que la mayoría de los reguladores nacionales enfrentan desafíos significativos para persistir las garantías de independencia del RGPD.
Para asegurar que los reguladores puedan hacer su trabajo de forma eficaz, será necesaria una inversión continua y un compromiso significativo con su independencia para aceptar a lengua sus funciones.
A posteriori de diez primaveras de una actividad legislatura sin precedentes, es hora de que la UE haga existencia estas nuevas políticas. Para desarrollar y asegurar la resiliencia regulatoria, tanto los legisladores como los reguladores de la UE deben priorizar políticas claras y viables para hacerlas cumplir, asegurar capital financieros, humanos y técnicos adecuados para que los ciudadanos hagan cumplir estas políticas de forma independiente y reanimar los esfuerzos de cumplimiento con procedimientos de cumplimiento inclusivos y descentralizados.
La próxima decenio será crucial para reanimar los logros normativos de la UE destinados a asegurar los principios democráticos y los derechos humanos. Cambiar ahora en estrategias de aplicación innovadoras sentará las bases para un futuro europeo más seguro y centrado en el ser humano.
Una aplicación más estricta puede servir para reanimar el ámbito regulatorio de la UE, promoviendo la estabilidad del mercado y de la sociedad, lo que, en última instancia, puede fomentar la innovación y la competitividad europeas.
Al establecer un estereotipado elevado de aplicación, la UE puede fomentar un entorno en el que la tecnología sirva a la democracia en una era de innovación acelerada.
La alternativa es ceder frente a industrias monolíticas, impulsadas fundamentalmente por motivos de búsqueda de ganancias y radicadas en gran medida fuera de Europa; en otras palabras, dejar la democracia en manos de empresas tecnológicas irresponsables.
Maria Koomen es directora de Gobernanza de Tecnologías Emergentes y Raegan MacDonald es investigadora senior del Centro Internacional para las Generaciones Futuras (ICFG), un clan de expertos con sede en Bruselas.
En Euronews, creemos que todas las opiniones son importantes. Póngase en contacto con nosotros en view@euronews.com para dirigir propuestas o propuestas y formar parte de la conversación.